En este sentido, se hace necesario el compromiso de las familias y del alumnado mayor de edad, con las siguientes actuaciones:
– Notificar las causas de ausencia del alumnado por motivos de salud a la persona tutora del alumnado en el centro escolar.
– Verificar diariamente el estado de salud en el domicilio, antes de que el alumnado acuda al centro educativo y comprobar que no tiene una temperatura por encima de 37,5ºC (sin toma de antipiréticos) ni otra sintomatología que pudiera estar asociada con la COVID-19 (tos, malestar, congestión nasal, diarrea, vómitos…). Dado que estos síntomas pueden ser comunes a otras infecciones propias de la etapa juvenil, la fiebre ha de ser siempre un criterio para que los/las escolares no acudan al centro educativo.
– En caso de existir síntomas compatibles, el alumnado no asistirá al centro educativo. La familia deberá contactar con su centro de atención primaria (figura en la tarjeta SIP). El equipo que haga el seguimiento, según la edad del alumnado, indicará las actuaciones a realizar y cuándo puede retomar la actividad educativa presencial.
– Tampoco deberán acudir al centro escolar en caso de encontrarse en situación de cuarentena por haber tenido contacto estrecho con alguna persona con síntomas o diagnosticada de COVID-19, hasta que le sea indicado por su pediatra o médico/a de familia.
– En el alumnado que presente condiciones de salud que les haga más vulnerables, como pueden ser enfermedades crónicas de elevada complejidad que puedan verse agravadas por SARS-CoV-2, se valorará de manera conjunta con la familia/tutores y el equipo pediátrico, las implicaciones de retomar la actividad educativa presencial en el centro educativo.