El primer día en la escuela Harbour School de Róterdam nos ha permitido vivir la realidad de un centro internacional donde los estudiantes pertenecen a familias que trabajan durante un tiempo limitado en Países Bajos y prefieren que la educación de sus hijos esté vehiculada en inglés.
Hemos podido asistir a clases muy activas, basadas en situaciones y problemas de la vida real, donde el tiempo que habla el maestro es reducido, y su papel consiste a guiar, plantear preguntas y estimular el pensamiento del alumnado.
Maestros tranquilos, que hablan al alumnado en un tono de voz muy moderado, pero con firmeza cuando es necesario e intervienen proporcionando la base necesaria que irán retirando cuando el alumnado sea más autónomo.
En cuanto a la lectura, la maestra trabaja con un grupo reducido al que ofrece una atención más personalizada, mientras el resto escribe de forma autónoma ayudándose de las palabras comunes de más difícil escritura que encuentran repartidas por las paredes del aula. El alumnado lleva un registro de lectura en el que también colaboran las familias.
En el área de matemáticas, la escuela cuenta con un experto en matemáticas Singapur, coautor de libros relevantes sobre el tema. Lo importante es el proceso de pensamiento del alumnado. No se trata de una educación enfocada a presentar el resultado correcto. Se anima al alumnado a encontrar diferentes alternativas de resolución de problemas y a expresarse abiertamente sobre cómo lo resolverían. Los problemas matemáticos incluyen siempre una explicación verbal escrita sobre los motivos por los cuales el alumnado ha decidido resolverlos de este modo. Lo cual permite al maestro conocer el proceso mental del niño/a y al alumno/a ser más consciente de su metacognición. Además, las explicaciones más adecuadas y útiles del alumnado se utilizan en los murales de las paredes del aula.
Muy buena impresión en nuestro primer dia.
Seguimos!