El jardín naturalista como objeto didáctico en el Proyecto Educativo de Centro
El jardín naturalista del IES Vicent Andrés Estellés se inicia en septiembre de 2021 por la acción conjunta de tres profesores entusiastas: David Llavata, Santiago Sirera y Alberto Sanjuán. Desde entonces, y dentro del marco del Proyecto Educativo de Centro, se ha consolidado como un eje didáctico esencial gracias a su capacidad para articular aprendizajes interdisciplinarios y fomentar una conciencia ambiental activa.
Esta propuesta se concreta a través del Proyecto ANT (Arte, Naturaleza y Tecnología), una iniciativa innovadora que combina jardinería, horticultura y sostenibilidad como herramientas pedagógicas al servicio de toda la comunidad educativa.
El Proyecto ANT surge como respuesta a diversas necesidades del centro: la lucha contra el absentismo escolar, la demanda de asignaturas optativas con un enfoque práctico, y la urgencia de reconectar con la naturaleza tras la pandemia. Además, el proyecto se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), promoviendo la conciencia ambiental urbana y la conservación de la biodiversidad.
A lo largo del desarrollo del proyecto, se han construido más de 3000 m² de zonas verdes, en las que se integran cultivos hortícolas, plantas aromáticas y vegetación tanto mediterránea como tropical. Este espacio vivo se ha convertido en un aula al aire libre, donde el alumnado experimenta, investiga y aprende desde la práctica.
Las asignaturas optativas asociadas al proyecto refuerzan este enfoque transversal e incluyen:
Jardinería I, II y III (1.º, 2.º y 3.º de ESO)
Arte y Naturaleza / Huerto Escolar (4.º de ESO)
Proyectos Artísticos / Proyecto de Investigación (1.º de Bachillerato)
El desarrollo del Proyecto ANT ha contado con la implicación activa del alumnado, el equipo directivo, profesorado de Artes y Biología, las familias (a través de la AFA), el Ayuntamiento de Burjassot y ONGs como Entreculturas e InteRed. Gracias a esta red de colaboración, se han impulsado acciones como el diseño y mantenimiento de zonas verdes, bancales de plantas aromáticas, cultivos hidropónicos, huertos escolares y frutales, así como medidas naturales para prevenir inundaciones.
En definitiva, el jardín naturalista no solo es un espacio físico, sino un recurso pedagógico transformador que refuerza el vínculo entre arte, ciencia y sostenibilidad, y que sitúa al alumnado en el centro de un aprendizaje significativo, experiencial y comprometido con el entorno.