El pasado viernes, 21 de enero, la escritora Isabel Barceló Chico nos deleitó con una motivadora charla, organizada por los departamentos de Griego y Latín y Artes, sobre como la supremacía de los hombres sobre las mujeres es una construcción cultural para conseguir el dominio sobre ellas que empezó con los pueblos indoeuropeos. Antes la mujer era reconocida y valorada como poseedora de un gran saber al servicio de la comunidad. Con la llegada de los indoeuropeos se los niega su saber milenario, se los niega la educación, se los niega la participación en los asuntos públicos y se las relega al papel de sometimiento a los hombres.
Isabel partió de historias mitológicas, como la de Pandora comparada con la de Eva del Génesis; la de Medusa, Dafne, Casandra…, víctimas de los dioses hombres, pero castigadas cómo si fueron culpables (Eran tan bellas que los dioses se enamoraron de ellas y las violaron, pero el castigo por eso lo recibieron ellas. A que nos suena?).
Nos citó el terrible parlamento de Hipólito en la tragedia del mismo nombre creada por Eurípides: “Odio a la mujer sabia…” y a todas las otras.
Nos contó historias de personajes reales, como la de Agnòdice, la primera ginecóloga de la historia que consiguió serlo disfrazándose de hombre y que se salvó de la muerte por eso por la defensa que hicieron de ella las mujeres ante los tribunales; o la de las sacerdotisas Vestales, condenadas a ser enterradas vivas acusadas de no cumplir con su castidad, para considerarlas responsables de las derrotas del ejército romano (no se planteaban que quizás el ejército no había planteado bien la batalla).
Nos habló sobre cómo en algunas ocasiones las mujeres consiguieron sus objetivos uniéndose en sus protestas contra leyes que las discriminaban: contra la Ley Oppia se realizó la primera manifestación femenina documentada de la historia; contra la obligación de participar en los gastos de la guerra civil del final de la República romana se rebelaron Hortènsia y otras matronas romanas.
La escritora nos hizo reflexionar: han sido 4000 años de dominación de los hombres sobre las mujeres, basándose en el discurso del miedo y del odio hacia ellas. Ya es hora de equilibrar la balanza. Los hombres tienen miedo al hecho que la igualdad los perjudico, pero en realidad la sociedad se enriquece con la igualdad. “Vosotros, mujeres, no tenéis que conformaros y vosotros, hombres, no tenéis que tener miedo de tenerlas como iguales”, como compañeras, no como sirvientas. Nuestro proyecto Golondrina de este curso se basa también en este mensaje: “La igualdad nos enriquece”.
