Florencia me pareció una ciudad preciosa para visitar ya que cada lugar que visitábamos tenía algo especial y diferente a los anteriores, por ello me ha costado decidir cuál es el lugar que más me gustó.
Al final me he decidido por la Piazzale Michelangelo, no solo por las preciosas vistas donde se veía toda la ciudad de Florencia iluminada, con a lo lejos una noria girando y cambiando de color, los grandes monumentos y el precioso rio Arno donde se reflejaba la luz de la ciudad, sino también porque pude tener un muy buen rato a solas con mi correspondiente y compartir gustos, aficiones o anécdotas de nuestro país. Fue un momento de paz y unas horas inolvidables.