

Hoy hemos celebrado por anticipado el Día del Libro en La Asunción. Como es tradición, se realizó un “amigo invisible” entre el profesorado, que ha sido entregado en el recreo con la pompa y circunstancia que tan señalada ocasión merece. El pluscuamperfecto chocolate de Julia Miquel y los dulces cortesía de compañeros del centro nos han endulzado tan letrada celebración. El gozo de la lectura es esencial para toda persona y constituye, sin duda, un pilar fundamental del sistema educativo. Como dijo el recientemente fallecido Vargas Llosa “Aprender a leer es lo más importante que me ha pasado en la vida“.
La lectura sosegada, absorta, entregada y atenta constituye no solo un nutriente básico para nuestro tejido neuronal, sino un elixir esencial para nuestra inteligencia en todos los aspectos: la amplitud de la experiencia, la profundidad y comprensión de los sentimientos, la expansión del horizonte en el que, más allá de las rutinas diarias, se desenvuelve nuestra existencia gracias a la creatividad e imaginación que compartimos en intimidad con quienes ofrecen su arte para el Noble Arte de la Escritura. Y aunque la lectura no deje de ser una práctica en cierto modo y por fortuna “solitaria”, aquí en la Asunción la compartimos a través de estas celebraciones, donde entregamos con ilusión la posibilidad de encontrar nuevas islas, en forma de libros, que permitan consolidar el vínculo común que nos une. Tejer lazos literarios es uno de los mayores regalos que se pueden entregar y recibir. Esperamos que estos días festivos puedan servir para poder disfrutar de la lectura y, quién sabe, también de la escritura, esa mágica alquimia de las palabras a la que invitamos a todo nuestro alumnado y profesorado a participar. Con la prudente advertencia cervantina de que “del poco dormir y del mucho leer” no se os seque el cerebro, os deseamos un Feliz día del libro.