El pasado miércoles 25 de noviembre, los compañeros de la familia de Sanidad, del ciclo de grado medio de curas auxiliares de enfermería, se ofrecieron a darnos una formación básica sobre el glucagón, sobre cómo medirlo y cómo actuar en diferentes casos.
Mª Isabel Mas Fuster, jefa de departamento, empezó la formación con una breve explicación de qué es el glucagón. Es una hormona producida por el páncreas que regula el azúcar en sangre.
Nos explicó los tipos de diabetes que puede tener nuestro alumnado, que suele ser del tipo 1 y cómo tenemos que actuar en caso de que necesiten nuestra ayuda.
Para aprender a medir el nivel de azúcar en sangre, el compañero Rubén García Martínez, nos preparó una explicación práctica y estuvimos midiéndonos el azúcar.
El profesorado más valiente, se ofreció voluntario para recibir el pinchazo, que en realidad dijeron que ni se notaba. Eso es porque Mª Isabel y Rubén nos enseñaron muy bien.
¡Gracias compañeros, por ayudarnos, por vuestro trabajo y vuestras aportaciones!
Te lo explicamos brevemente aprovechando que el pasado 5 de noviembre fue el día del cuidador y puede que muchos desconozcan la existencia o problemática de estas lesiones. Se tratan de unas lesiones de la piel muy fáciles de prevenir y por el contrario, pueden llegar a ser muy difíciles de curar. Son muy comunes en pacientes encamados o con poca movilidad, se les conoce como úlceras por presión “UPP”. Se forman porque el paciente permanece en la misma posición durante horas, reduciéndose de esta manera el riego sanguíneo en la piel de las zonas donde apoya el peso del cuerpo, apareciendo así las temidas úlceras.
Para evitar que aparezcan habría que cambiarles de postura frecuentemente (cada 2-3 horas durante el día y cada 4 horas por la noche) y colocando almohadas, cojines o cualquier dispositivo para aliviar la presión en estas zonas de apoyo, como las taloneras para los talones. Además, podemos aprovechar el momento del aseo diario para hacerle un suave masaje con aceites o cremas corporales que no contengan alcohol, hidratando la piel y reactivando la circulación sanguínea. En este suave masaje prestaremos especial atención en las zonas de apoyo: sacro, talones, codos, espalda, glúteos, tobillos, etc. También es importante tener en cuenta que la cama siempre debe estar limpia, seca y sin arrugas, que el paciente beba mucha agua, tenga una buena alimentación y no permanezca con la piel húmeda. Así evitaremos en gran medida la aparición de UPP.
Apósito zona sacro
Si las medidas preventivas no han funcionado, reconocerás que se está empezando a formar una UPP si observas en las zonas de apoyo un enrojecimiento, el cual no desaparece al presionarlo con el dedo. Nos encontramos así ante una UPP Grado 1. Para su tratamiento utilizaremos los AGHO’s (ácidos grasos hiperoxigenados), un aceite que se aplica sobre la zona que presenta el enrojecimiento con un suave masaje, sin olvidar además de continuar con los cambios posturales y utilizar los dispositivos para aliviar la presión en esa zona.
Si con todo lo mencionado no se ha conseguido parar la evolución de la úlcera y va a más, apareciendo ampollas o incluso la piel pierde la continuidad y aparece como un cráter, tendrán que acudir al médico para que les traten en el centro sanitario.
Esperamos haber sido de ayuda.
Noemi Gutierrez, Miriam Penalva, Alicia Almagro, Esther Mas
