Pasear por las plazas y calles del centro de Florencia siempre es una experiencia que sobrecoge. Cada edificio tiene una historia que te traslada a los siglos XV y XVI y te obliga a intentar pensar en las personas que los encargaron construir, en sus constructores y artistas que los decoraron…sus funciones…
El alumnado dispone de un mapa y debe completarlo con el nombre de las plazas y edificios singulares que visitamos por fuera en este primer contacto con la ciudad y a lo largo de toda la semana.
La guía didáctica elaborada ayuda a tener una visión de conjunto de todas las actividades que vamos a hacer, proporciona información complementaria y plantea cuestiones a resolver. Una buena oportunidad para aprender sobre arte e historia.
La visita al Palazzo Pitti y los Jardines Bóboli es impresionante. En “oltrarno” (al otro lado del Arno), el palacio (1458) fue originariamente la residencia de Luca Pitti, un rico banquero florentino. En 1549 lo compraría la duquesa consorte de Cosme I de Medici, Leonor Álvarez de Toledo, siendo desde ese momento la residencia oficial de los Grandes Duques de Toscana hasta el siglo XVIII. Después seria habitado por miembros de la Casa de Lorena, por Napoleón y, finalmente por la Casa Saboya. En 1919, Víctor Manuel III donó la residencia al estado italiano.
Así pues, de residencia privada a museo nacional, alberga en una infinidad de salas y dependencias, parte de las colecciones de las diversas sagas familiares que lo habitaron, pudiendo ver allí, en sus paredes, techos, cuadros, esculturas exentas, mobiliario… obras de los más importantes artistas del Renacimiento que trabajaron para ellas.
Desde los grandes ventanales se puede disfrutar de las magníficas vistas que proporciona el extraordinario jardín, para solaz de sus antiguos habitantes y no menos admiración por parte nuestra.