Un nuevo curso en una “nueva normalidad”
NEREA MENESES, 2º BAC D. Aún recuerdo la última semana antes de que empezara todo y se me hace difícil creer lo que ha ocurrido desde entonces. El 15 de marzo el Gobierno declara el estado de alarma, llevando a cabo un confinamiento que afectó a todo el país.
Siete días antes, 8 de marzo. Como de costumbre, fui a la manifestación del día de la mujer para seguir reivindicando aquello que nos pertenece. Todavía no era consciente de lo que estaba sucediendo. Ese mismo día estuve con él, esa persona especial que me hizo recuperar el brillo en la mirada, nos creíamos dueños de nuestra libertad, vivimos ese momento patinando, cerca del mar, como un momento más, sin darnos cuenta de que estaba siendo una despedida. Pero fue bonito, porque no sentíamos ese sabor amargo que tiene saber que no vas a ver a alguien mucho tiempo. Los días restantes se basaron en ir al instituto, pero con una presión en el pecho que, con los días, crecía. Algo en mi interior decía que tuviera cuidado, que la situación iba empeorar, y así fue.
Los siguientes meses estuvimos confinados en casa y lejos de las personas que queríamos. Tuvimos que adaptarnos, pero aún así, este virus ha dejado ver las grietas de la sociedad, como un río cuando se seca. De una sociedad en la que en algunos, reina el egoísmo y la ignorancia. De una sociedad en la que sus políticos, aquellas personas que deben cuidar y vigilar la vida de sus ciudadanos, han estado reprochándose los unos a los otros con manchas ideológicas, mientras fuera, había quien no se podía ni comprar una mascarilla. De una sociedad en la que se salía aplaudir, a agradecer al personal sanitario su labor, pero luego hay quien vota partidos que recortan en sanidad. De una sociedad en la que aquellos con un mínimo de poder y autoridad, ejercían su ley sin límites y caía sobre inocentes y culpables.
Actualmente, con el curso ya empezado, el ambiente es agridulce. El primer día, en el que nos explicaron cómo iba a ser el curso, llegué a casa bastante triste. Fue un golpe de realidad ver todas esas medidas de seguridad, darme cuenta de que esto llevará muchísimo tiempo. Estoy constantemente en la incertidumbre de no saber qué va a pasar y estoy en un momento muy importante en mi vida académica, no puedo evitar sentir que todo se tambalea. Tengo clase de algunas asignaturas cada 15 días o una vez a la semana y eso no me proporciona demasiada seguridad. Es decepcionante ver como los centros intentan tomar todas las medidas posibles y luego hay alumnos que tiran por el suelo todos esos intentos.
Al tiempo poco a poco, hemos podido ir recuperando aquella vida que teníamos, pero nunca será la misma o al menos por un tiempo. Aún así, la situación hoy en día es bastante preocupante, pero a simple vista no lo parece. Pero ojalá las grietas – que yo y sé que muchas otras personas han podido contemplar de esta sociedad – fomenten un cambio en ella, porque aunque ya se está repitiendo todo, el ahora era nuestro, y ese ahora ya se llama ayer. Porque ayer nosotros, reyes del aire que hacía volar nuestra ingenua libertad, hoy somos presos del libertinaje de otros.
¿Y tú, qué opinas?