Cuando la emergencia, por suerte, es un simulacro

El pasado día 17 nuestro centro realizó un simulacro de emergencia para enseñar el alumnado como tiene que actuar en caso de producirse algún acontecimiento que pone en peligro la salud o la integridad de las personas del centro. Los resultados fueran positivos en la ejecución y puesta en práctica.

Aunque pocos, nunca existe el riesgo cero y por eso hay que poner de relieve la importancia de la preparación y la respuesta eficaz ante situaciones críticas. Por este motivo la realización de simulacros de emergencia se ha convertido en una práctica fundamental en la hora de garantizar la seguridad y la salud del personal del centro: alumnado, profesorado y personal de administración y servicios.

Estas prácticas ofrecen una oportunidad valiosa para entrenar toda la comunidad educativa del centro en como responder adecuadamente ante situaciones de riesgo, como incendios, terremotos, actas de violencia u otras amenazas. A partir de estos ejercicios prácticos, se identifican las áreas de mejora, se ponen a prueba los protocolos de emergencia y se permite a las personas participantes adquirir las habilidades necesarias para actuar de manera eficiente y coordinada en momentos críticos. Así se tiende a reducir la confusión y el pánico mediante la familiarización con los procedimientos de seguridad y evacuación. Cada simulacro es una prueba por la mejora continua en este aspecto fundamental.

Desde el centro se agradece la colaboración del profesorado y del personal de administración y servicios participantes, que contribuyeron a que el simulacro resultara un éxito en sus propósitos, así como al alumnado por su comportamiento ejemplar.

Equipo directivo, profesorado coordinador y alumnado concentrado en los puntos de reunión, una vez evacuado el edificio.