vista del colegio patios 1979
vista del colegio 1979
primer claustro sorolla 1979

En la década de los años 70 la escasez de plazas escolares era notoria en Elda. Los colegios existentes por aquella época eran insuficientes para acoger a la población en edad escolar y, la corporación municipal, debía ofrecer puestos escolares en los bajos de algunos edificios o modificar las estructuras de los colegios, bien tabicando pasillos o transformando parte de los patios en aulas con escasa idoneidad para impartir clases.
A raíz de los Pactos de la Moncloa, año 1977, surge la posibilidad de construir varios centros en Elda. El ayuntamiento de Elda, al frente del cual se encontraba Francisco Sogorb, ofrece diversas parcelas a la Consellería, una de las cuales está ubicada en la Partida El Negret, muy cerca del barrio de San Francisco formado en su totalidad por familias de clase trabajadora y es ahí donde va a construirse el Colegio Pintor Sorolla. Estaba formado por dos edificios, uno de ellos albergaría a los alumnos de E.G.B y el otro a los de edad infantil. Como curiosidad hay que decir que, desde su inicio, tuvieron organización y direcciones distintas e independientes, si bien los alumnos de infantil cuando terminaban esta etapa pasaban en bloque a los centros Pintor Sorolla y Emilio Castelar, situado este último muy cercano al nuestro.
Los alumnos/as que en el año 1979 ocuparon las aulas del Pintor Sorolla y Negret (así se llamaba el centro de infantil), provenían del desglose de otros centros de Elda que estaban muy masificados, en su mayoría del Colegio Padre Manjón y Juan Rico y Amat. Los inicios no fueron fáciles pues al ser un centro de desglose la Consellería no tuvo a bien dotarle del indispensable mobiliario y material. Todo lo que llegó al Centro era el desechado por los colegios que habían derivado sus alumnos/as al Pintor Sorolla. La ilusión, el esfuerzo y el trabajo de los maestros/as, apoyados en todo momento por la Asociación de Padres, convirtió al Centro en un referente educativo en la localidad y su comarca en muy poco tiempo. Además de la impartición de las materias del curriculum los alumnos del Sorolla tenían acceso a múltiples actividades extraescolares: Teatro, Cine, Fotografía, Danza, Pintura, Música, Deportes y cualquiera otra que la Asociación de Padres. En este aspecto la coordinación de padres y maestros brillaba con firmeza. Si hay algo que caracteriza al Sorolla es que en nuestro proyecto educativo los padres tienen un peso esencial.
Además de todas las actividades enumeradas y en coordinación con los otros colegios del distrito o próximos al mismo, realizamos los desfiles de carnaval, la conmemoración del día de la Paz y las jornadas de puertas abiertas, destinadas a que las familias conociesen el Colegio y contribuyeran a interiorizar la tarea educativa como una función compartida con el profesorado.
Hay que destacar, por lo que supuso para el conocimiento del Colegio fuera de nuestra localidad, la creación y organización del CONCURSO DE PINTURA PINTOR SOROLLA, que si bien en sus inicios tuvo su ámbito dentro de la Comunidad Valenciana, a los pocos años se lanzó a nivel estatal llegando a celebrarse alrededor de 20 ediciones. El coste organizativo y el montante económico que suponía (sufragado en su totalidad por el Ayuntamiento) dio lugar a que cuando llegó la rescisión económica también se dio por acabado el Concurso.
A partir de los años 90 la caída de la natalidad y la crisis laboral dio lugar a una fuerte bajada de nuevas matriculaciones en nuestra localidad. La política educativa impuesta por Consellería, en lugar de bajar las ratios de las aulas y eliminar los conciertos educativos, se centró en ir suprimiendo las mismas llegando a desaparecer algún centro público de los existentes en Elda. La ubicación de nuestro Colegio y la excesiva oferta educativa en el mismo distrito fue haciendo que, año tras año y a pesar del esfuerzo del Claustro y su compromiso con la situación social del barrio, la matrícula en los cursos de entrada al Centro fuera decayendo, ocurriendo la misma situación en el cercano y próximo Colegio Emilio Castelar, de ahí que la inspección educativa propusiera a los equipos directivos y claustros de ambos centros la fusión de los mismos, transformando dos centros de línea dos en un centro de línea cuatro tendente a su reducción a línea tres, en función de la demanda y matrícula en cada inicio de curso. La fusión de ambos centros dio lugar al Colegio de Primaria número 10, hasta que a petición del Consejo Escolar Municipal y por iniciativa del Consejo Escolar del nuevo centro resultante, la Consellería volvió a denominarle Colegio Pintor Sorolla, ya que su ubicación era la del inicio de su creación. Al mismo tiempo el centro de infantil El Negret se fusionó con el otro centro de infantil existente en la zona El Almafrá, dando lugar al Centro de Educación Infantil Nuevo Almafrá, centro que se adscribiría al Colegio Pintor Sorolla para que cuando sus alumnos/as terminaran la etapa infantil continuaran en el Sorolla sin tener que realizar ningún trámite de matriculación.
Corría el año 1998 cuando la fusión de los centros se hizo realidad y, como en sus inicios, tampoco fue fácil. Costó ensamblar dos claustros que aunque cercanos, su trabajo y forma de entender la enseñanza era en algunas cosas diferentes. Pero se repite la historia y la ilusión, esfuerzo y trabajo obtienen su recompensa. Después de algunos años de duro trabajar se consigue un centro homogéneo y dispuesto a afrontar los retos educativos que la sociedad va imponiendo. El profesorado que va llegando al centro junto con los existentes/veteranos y las nuevas tecnologías dan un nuevo empuje al centro para estar a una buena altura educativa.
Si el deporte y la multitud de actividades extraescolares han sido y son un referente en nuestro Centro, los proyectos educativos que se llevan a cabo en el Pintor Sorolla no lo son menos. Hay que estar dentro o vivirlos muy de cerca para entender el gran trabajo que se está haciendo diariamente. El Sorolla es una referencia educativa en nuestra comunidad y la alegría y confianza que se genera en la Comunidad Educativa es una prueba evidente de ello con una marcada línea educativa que permite la integración, la inclusión, la igualdad de oportunidades y la cohesión social.