Grafitis para educar en la diversidad

Por Blanca Rosell (@missisblanca)

El arte urbano está de moda. Los últimos años ha experimentado una repercusión sin precedentes, gracias al impacto social del graffiti. Desde la calle, estas inscripciones hechas sobre muros han pasado a formar parte de exposiciones a los museos, han tomado forma de monumento fallero, han desfilado por las pasarelas inspirando la moda. Y han llegado al centros educativos para quedarse . Porque son idóneos para contar el que pasa a la actualidad, ahora que estamos viviendo un momento de cambios pisco-sociales debidos a las transformaciones ocasionadas por la pandemia. Estos cambios, se pueden ver reflejados en los centros educativos de educación primaria, como ocurre en el Pou de la Muntanya de Dénia, donde soy docente de Arts and Crafts, Educación artística en inglés.

Tanto la crisis sanitaria como la necesidad de mejorar las condiciones de vida de mucha gente, han propiciado la migración de familias; familias con niños y niñas que acaban llenando a tope las aulas de los colegios y enriqueciendo los centros con una nueva realidad, más intercultural, más inclusiva, más diversa. Así lo he visto desde mi aula de educación artística en inglés, donde me he planteado la necesidad de diseñar experiencias porque el alumnado sea el protagonista y pueda participar en talleres de creación artística con una presencia real en el entorno.

En este contexto ha surgido la sinergia con el artista urbano Tardor (La Xara, 1996) y el colegio Pou de la Muntanya, que se encuentra inmerso en un proyecto Erasmus +: «Be True, don’t Bully», “Sé honesto, no acoses”, con el cual el alumnado realiza actividades conjuntas con centros de Atenas (Grecia), Vasto (Italia), Rab (Croacia) y Antalya (Turquía) a fin de establecer estrategias para combatir y reducir situaciones de acoso escolar. Este trimestre, el hilo conductor del proyecto ha versado en torno al mundo y el origen de los graffiti, y, con este motivo, el 14 y 16 de diciembre recibimos la visita de los grafiteros de la Marina «Tardor Roselló» y «Hopyo rock». Su presencia en el centro ha motivado los más pequeños a descubrir la capacidad de transformación social de la street art. Porque la manifestación del graffiti, desde la Antigüedad, cuando ocupaba las paredes de las primeras ciudades romanas, ha sido siempre vinculada a la crítica y la sátira social. Ha destacado para reivindicar de una manera clandestina, pero muy notoria públicamente, con mensajes diversos sobre las injusticias sociales. Y uno de ellos es denunciar el bullying, sobre el cual estamos tratando de concienciar en clase. Estos talleres han permitido a los artistas acercar una forma de expresión tradicionalmente crítica y rebelde al alumnado de 10 y 11 años, que ha aprendido a dibujar y pintar con los materiales propios del mundo del graffiti, para crear finalmente un mural que se exhibirá al hall del centro, También se ha realizado un taller de lettering con Carlos (Hopyo rock), empleando técnicas como el wild style, el modelo pastel y el bomba, propios del ámbito urbano, que el alumnado ha utilizado para diseñar sus nombres. Como colofón del proyecto y después de trabajar transversalmente el tema de la migración y la llegada de alumnos extranjeros en nuestro centro, el artista grafitero dejará una impronta al hall de la entrada del colegio con la obra «Let the imagination fly (niño leyendo un cuento)”. La lectura es la protagonista de un graffiti que incita a considerar la cultura como camino para favorecer la paz y la convivencia en los centros educativos. Porque, desde el aula de expresión artística, consideramos que la creatividad y la imaginación que fomentan los libros son los mejor instrumentos de realización personal.

Blanca Rosell Garcia es maestra de inglés y de Arts and Crafts al CEIP Pou de la Muntanya y coordina el Programa Internacional Erasmus+

Artículo publicado a Canfali Marina Alta, el 24/12/2021.