ERASMUS + República Checa

16-4-24

17Buenas tardes a todos,

Ayer comencé mi aventura por la República Checa. A las 12:00 del mediodía salió mi vuelo a Múnich, iba con retraso y sólo tenía 30 minutos para coger el vuelo de conexión que me llevaría a Praga, así que me tocó correr un poco… En el aeropuerto de Praga me estaba esperando Zdenka, la profesora que ha organizado toda mi estancia aquí. Cogimos el coche y ya nos dirigimos a Jilemnice, que es la localidad donde me alojo. Está situado en una zona rural al norte del país, a dos horas y media aproximadamente de la capital y hace frontera con Polonia.

Durante esta semana, voy a visitar cuatro centros educativos, tres en el norte: Hostineé, Vrchalabí (institutos de Educación Secundaria) y Montessori School Na Horu (colegio de Education Primaria) y uno en Praga (Malonstranské Gymnázium).

Hoy a las 7:55 han comenzado las clases en Hostinné. He asistido a cuatro clases de inglés de diferentes niveles, la equivalencia con los nuestros sería 1° de ESO, 3°, 4º y 1° de Formación Profesional. Todos los profesores han enfocado sus clases a la parte oral porque querían que yo también participara de las mismas. Hemos estado haciendo role-plays, juegos de preguntas y respuestas sobre España, una clase de pronunciación del sonido /th/ en inglés y varias actividades sobre el uso de los verbos modales. Me ha sorprendido gratamente el alto nivel de los alumnos en cuanto a las competencias comunicativas, en cambio, el nivel es bastante más bajo en producción escrita si lo comparamos con el de nuestros alumnos.

El edificio del instituto es muy antiguo pero está muy bien conservado. Un detalle que me ha parecido muy curioso es que los alumnos cuando entran al instituto se quitan el calzado y se ponen chanclas o zapatillas de andar por casa. Es una norma del centro porque por la nieve, la lluvia y el barro llegan con los zapatos sucios o mojados, y es una manera de mantener el centro limpio. De hecho está impoluto, ni un papel en el suelo en las aulas, ni una mesa pintada… Además cuentan con amplios espacios donde relajarse o charlar entre clase y clase (las sesiones duran 45 minutos con descansos de 10 minutos), y cuentan con cantina y una cocina para los alumnos donde pueden calentar su comida y luego fregar los platos. Otra cosa que me ha llamado mucho la atención es que cuando el profesor entra a clase todos los alumnos ya tienen todo preparado encima de la mesa, se ponen de pie y le dan los buenos días al profesor. Zdenka (la profesora checa) me decía que especialmente el grupo de 1º es hablador, pero de verdad que para mí el comportamiento ha sido excelente… La he invitado a venir a nuestro centro a ver qué le parecen nuestros primeros.

Tras finalizar las clases hemos ido a ver el pueblo de Hostineé, es básicamente una plaza preciosa con una panadería y una cafetería. Al tratarse de una zona rural en las montañas, este centro recoge al alumnado de toda la zona. Después, hemos ido a comer sopa de guisantes con bacon a Jilemnice, es un plato típico de aquí, estaba muy bueno y la verdad es que con el frío apetecía tomar algo caliente. Y por la tarde, nos hemos dirigido a Vrchlabí a ver el instituto que visitaré mañana. Este pueblo es un poco más grande y sus habitantes viven del turismo de montaña y del esquí alpino.

Espero que os haya resultado interesante lo que os he contado. Os iré poniendo al día de mis aventuras por las montañas checas.

Un saludo a todos y que vaya muy bien la semana. Ya me han dicho que hace mucho calor… y yo con bufanda y gorro.

Un saludo.

Marta Fernández

17-4-24

Hola a todos,

Espero que os esté yendo bien la semana y que no estéis pasando demasiado calor. Yo aquí sigo aprendiendo mucho y disfrutando de la experiencia al máximo.

Ayer Martes fui a visitar el instituto de Vrchlabí. Se trata de una pequeña ciudad (13.000 habitantes) situada a orillas del Río Elba, en la zona de las Montañas de los Gigantes, en la frontera con Polonia. Las clases comenzaron a las 7:45 y tuve la oportunidad de poder estar con grupos de diferentes niveles: dos clases de 2° de ESO, dos de 1° de BACH y una clase de 2° de BACH. El nivel oral en inglés de los alumnos me sigue sorprendiendo para bien. Además, las clases están siendo muy amenas porque todos los profesores han preparado actividades en las que puedo participar e incluso damos las clases de manera conjunta, por lo que la experiencia está siendo más intensa y no me limito a observar. La gente es encantadora, se preocupan mucho por hacerte sentir cómodo y muestran mucho interés por saber cómo funciona nuestro sistema educativo.

Por la tarde, Zdenka y yo fuimos a visitar la Reserva Natural de Adršpach-Teplice, a una hora y cuarto en coche de la ciudad en la que me alojo. Se trata de conjunto de formaciones rocosas bastante inusual. Hicimos una ruta de 10km recorriendo los senderos marcados dentro de la reserva. Tuvimos bastante suerte con el tiempo ya que por la mañana había estado nevando y no sabíamos si finalmente podríamos ir. Las casi tres horas de coche (entre ida y vuelta) realmente merecieron la pena. Nunca había visto algo parecido. 

Hoy miércoles he comenzado la jornada a las 7:30, esta vez visitando la escuela Montessori Na Horu, lo más diferente que he visto hasta el momento. El sistema Montessori es completamente diferente al sistema educativo checo. Los alumnos comienzan a los 6 años y terminan a los 14, para después ir a un instituto a terminar los cuatro años restantes de educación obligatoria. Sólo hay tres niveles: 6-7-8 años, 9-10-11 y 12-13-14, y un sólo grupo por nivel, en total son 66 alumnos. Aunque el centro lleva en funcionamiento 10 años, el gobierno checo comenzó a reconocer este sistema como apto únicamente hace 5 años.

Nada más llegar al centro, me han dicho que tenía que descalzarme. Nadie lleva zapatos y los alumnos dan gran parte de las clases en el suelo, sentados en círculo, en sofás o en puffs. La jornada comienza con una asamblea en la que cuentan cosas que les preocupan, que les han sucedido en casa o que quieren compartir con el resto de compañeros. No hay un horario establecido, hay asignaturas que son comunes a todos (inglés y música) y el resto de asignaturas se trabajan según los intereses del alumnado. Es decir, cuando los alumnos llegan al aula, tienen materiales y tareas de diferentes materias esparcidos por el suelo, primero dan la clase común y después se van levantando y deciden qué quieren trabajar ese día. Hay tres profesoras por aula que van trabajando con los alumnos de manera individual o en grupos muy reducidos. Los alumnos se muestran bastante autónomos a la hora de trabajar pero en cuanto a la asignatura de inglés (que es la única que entendía), el nivel es bastante más bajo que en los institutos públicos, de hecho, Zdenka me ha comentado que estos alumnos suelen tener problemas cuando terminan en el colegio Montessori y pasan al instituto. El ambiente de trabajo es muy relajado, demasiado para mi gusto. Desde mi punto de vista falta un poco de acción, no sé cómo se desenvolverían estos alumnos en un centro como el nuestro… Cuando han terminado las clases he ido a comer a la cantina con los niños de 6-7-8 años, me han enseñado los números y los colores en checo, y las niñas querían jugar a las peluqueras, así que llevo el pelo lleno de trenzas.

Esta tarde tengo otra ruta por la montaña. Os lo contaré en el próximo correo.

Mañana es mi último día en Jilemnice, por la tarde cogeré un autobús para ir a Praga ya que el viernes visitaré un instituto del centro de la ciudad.

Está siendo una experiencia muy enriquecedora, estoy aprendiendo muchísimo sobre el sistema educativo checo y su cultura, y haciendo contactos para futuras movilidades Erasmus+ de alumnos.

Os sigo contando en los próximos días.

Un abrazo a todos.

Marta Fernández