Un ateneo improvisado
En Vall llevamos el arte en las venas. Cualquier momento es perfecto para bailar, cantar, pintar o hacer teatro.
El pasado lunes, después de disfrutar del cuento "La vocecita", a los/las peques se les ocurrió ir más allá e interpretarla para el resto del alumnado y, por qué no, para los y las vecinas del pueblo.
Sin guía adulta, decidieron hacer entradas, ponerles precio, organizar la "sala" (contaron sillas, entradas), también tuvieron en cuenta la posibilidad que viniera alguna persona más mayor y, por eso, pusieron, detrás del todo, sillas más altas.
A la hora acordada, el público empezó a llegar con la entrada en la mano y dispuesto a pagar para ver el espectáculo. Tuvieron que pensar mucho cuando había que devolver dinero...
Todas/s quedaron encantados/as con la obra (aunque nos faltaban unos cuántos ensayos) y solo deseamos volver a disfrutar de otra tarde de teatro.
¿Os animáis a venir?