El déficit formativo en TICS

La OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico, nos ha advertido, en su “Observatorio del empleo 2019”, del posible deterioro de la “calidad y equidad” del empleo en nuestro país en los próximos años, fruto de la automatización, la digitalización y la globalización. Cada vez más trabajadores jóvenes y adultos sin formación se verán afectados por una peor calidad en el empleo y las mujeres serán quienes más lo sufrirán.

Un factor clave para una transición serena entre los trabajos que desaparecen y los que se crean es el aprendizaje continuo.La destrucción de empleo no es el mayor problema pues se supone que se creerán otros nuevos en una proporción similar. Urge un mayor esfuerzo en las políticas de educación y capacitación.

España tiene que dar un salto cualitativo en educación pero se recorta el gasto público destinado a la formación permanente del profesorado. Entretanto, las TICs, Tecnologías de la información y la comunicación, avanzan de forma imparable.

Las TICs han revolucionado el mercado laboral y la educación ha de ir de la mano en esa revolución. Debemos formar a nuestros alumnos en aquello que vayan a necesitar para alcanzar un trabajo de calidad.

La Comisión de las Comunidades Europeas indica con claridad que se observa un déficit formativo respecto las TICs. Carencia de formación o en su caso, ineficiencia de las actividades realizadas. Además, la velocidad con que se están incorporando en la sociedad del conocimiento en general y en educación en particular.

Resulta incoherente, en esta sociedad eminentemente digital, emplear tecnologías de la sociedad postindustrial. Sería conveniente flexibilizar la enseñanza, eliminando barreras espacio-temporales entre el profesor y el estudiante, de modo que los alumnos elijan los códigos con los que desean interaccionar, pero que lo hagan.

Dos consecuencias positivas: espacios para el aprendizaje cooperativo y el autoaprendizaje y formación permanente. También el uso adecuado de las TICs daría respuesta a los distintos tipos de inteligencia de los alumnos.

Las políticas educativas deben dar al profesor herramientas nuevas puesto que ya no es sólo un transmisor de información; ahora es más bien un facilitador y proveedor de recursos, un organizador dinámico del curriculumcon habilidades para organizar proyectos en equipo. Y todo eso no lo suple la automatización sino la formación docente.

En todos los lugares se está invirtiendo en la incorporación de las TICs a las instituciones educativas y en transformar “el aula de informática” en la “informática en el aula”. Que no seamos simples consumidores de esas tecnologías, también actores, creadores. Más en Finlandia y Canadá. En esos países, sus políticas educativas propician que los alumnos, guiados por el profesor, lideren su propio aprendizaje.

Sería absurdo introducir fuertemente las TICs en los centros y que no fueran utilizadas por los profesores por falta de formación ad hoc, aunque solo fuera por rentabilizar la inversión realizada.

Los alumnos están acostumbrados a interaccionar con la información. Su cultura es audiovisual, hipertextual y multimedia y es difícil que se instruyan en la cultura de la impresión y la oralidad. Sin embargo, no considero que esta deba desaparecer, ni mucho menos.

Lo más equilibrado es combinar lo mejor de cada método, ampliando así la oferta educativa y las posibilidades de inserción en el mercado laboral actual.O formamos parte del futuro o lo haremos de la historia.

Elaborado por: Sol Genafo Amselem. Dpto.Académico Next Educación

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