Tras una reponedora noche (es un decir creo que durmieron bien poco con la emoción), hemos bajado a desayunar a nuestra hora, 9:10h y nos hemos dirigido a las pistas. El cursillo lo teníamos a las 11:30h por lo que nos daba tiempo de sobra para recordar (l@s que ya habían esquiado) y para aprender básicos como ponerse y quitarse los esquís (l@s primeriz@s).
Con gran ilusión han recibido a los monitores y monitoras, que tras clasificar los grupos por nivel han trabajado un montón hasta las 13:30.
Después al hotel a cargar fuerzas en el super buffet, para a las 15:30 regresar a pistas para reforzar lo aprendido por la mañana.
Mención aparte merece el momento de recoger y dejar los esquís en las jaulas (ya os contarán), esta pequeña odisea se ha de realizar obligatoriamente 4 veces en el día, dos por la mañana y dos por la tarde.
Con cara de cansancio y a la vez de emoción de regreso al hotel no dejan de planear lo que harán hasta la hora de la cena: «yo iré a la piscina», «pues nosotros hemos reservado el cine», «¿podemos estar por las habitaciones?. Todo esto les insistimos «lo que queráis pero hasta las 9h tenéis que encontrar un momento para ducharos».
Cenamos y participamos en la gymkana de pruebas, nuestro representante es Álvaro y con la ayuda del grupo conseguimos un meritorio resultado.
Son las once, vamos a intentar que hoy descansen un poco más, que mañana nos espera un gran día repleto de experiencias.