Artículo de Lucía Guadalupe, 3ºESO B
El pasado 31 de octubre en clase de Historia llevamos a cabo una reflexión sobre «la muerte» con motivo de la celebración de Halloween, una festividad americana, aunque su origen se remonta a la tradición celta, que cada vez gana más adeptos en nuestro país. Como ya habíamos trabajado la cultura del Renacimiento y el Barroco, dedicamos la hora a comprender el concepto de la «muerte» en esos periodos históricos. Se comentó que durante el Renacimiento se entendía la muerte como una vuelta a la perfección divina, mientras que posteriormente, en el Barroco, este concepto cambió para reflejar el dolor en el paso por la vida, sentimiento acorde con el contexto socio-histórico del momento.
A partir de lo comentado y debatido en clase ese día, se puede resumir que el 1 de noviembre es el Día de Todos Los Santos. Una celebración cristiana en la que las familias acuden a los cementerios a visitar a sus ancestros o antepasados para acompañarlos ese día como un acto de recuerdo y respeto limpiando sus tumbas y adornándolas de flores y velas que simbolizan la luz eterna. Es un día de recogimiento, oración y reflexión, con profundas raíces históricas y culturales.
En algunos países, en los que se incluye a España, el día 2 de noviembre se celebra también el Día de los Muertos. Se preparan comidas tradicionales como el pan de muerto en México o dulces específicos como los huesos de santo en España. También se celebran misas para honrar a los santos y rezar por las almas de los fieles difuntos. Esta celebración en España es tan importante que se ha convertido en un día festivo.