Això no és humà (continuació)

No sabemos dónde podría estar, ni si el virus le había dado poderes. Era como un escape de laboratorio (literalmente). Ikioko se sentía peor que otros días. Sin saber si había pasado algo ya se sentía culpable de muchas muertes, era como un presentimiento, y no podía hacer nada para evitarlo. Cnya tenía la mente bloqueada, no podía pensar en nada, todo había sido muy rápido. Ikioko reflexionaba que no tenía que pasar nada ya que las podría haber matado a ellas, pero no lo hizo, pero ¿entonces para qué iba a necesitar esa hacha? No entendía nada, ¿las necesitaría a ellas para algo? ¿Se sentiría mal si las mataba? No sabía qué podía pasar por la cabeza de una persona así, ni siquiera se había parado a ver de qué trataba el virus de Kumei, así que cuando se le ocurrió fue a ver qué había escondido para hallar más pistas. Lo que encontró la dejó sin palabras, no había ninguna inteligencia artificial ni persona capaz de haber hecho esa programación tan compleja. Podía entender lo que le habían metido en la cabeza a su creación, pero ¿qué o quién es tan inteligente como para haber hecho eso y por qué? Eran demasiadas preguntas, y de momento tenían una sola respuesta.

Aquella noche, Ikioko no pudo dormir, estuvo toda la noche pensando en lo que había hecho y cómo solucionarlo.

Al día siguiente, de camino a la universidad, se iba fijando en si habría alguna pista de donde podría estar Kumei, pero no encontró nada. Cuando llegó a la universidad no dijo nada en todo el día, estaba tan pendiente de aquel incidente que incluso vomitó dos veces de lo mal que se encontraba.

Kumei no sabía dónde se encontraba, se estaba poniendo muy nerviosa, y eso sería horrible por lo que pasará más adelante.

Mientras Ikioko estaba en la universidad, Cnya decidió salir a buscar a Kumei. No sabía qué hacer si la encontraba, probablemente la quisiese atacar, pero ella no tenía nada con lo que defenderse. Sin embargo no pensó en ese detalle y salió a buscarla de inmediato.

Ikioko lloró en varias ocasiones, pero nadie se percató de ello, era como si fuese invisible en aquel lugar, no  sentía que encajase allí. En la asignatura en la que tenían el trabajo en equipo, el profesor empezó a preguntar a un miembro de cada grupo algo relacionado con el tema del trabajo que estaban haciendo. Cuando el profesor le preguntó al grupo de Ikioko, sus compañeros le obligaron a ella a responder delante de toda la clase. Era un silencio absoluto y no sabía qué hacer, se había bloqueado. Al final tuvo que responder en voz muy bajita y todos empezaron a reírse de ella.

Ikioko se sentía horrible, como la persona más inútil del mundo y la más odiada, por lo que, sin poder controlarlo, se puso a llorar mientras cogía las tijeras y empezaba a clavárselas en la mano, apuñalándose y cortándose hasta hacerse un pequeño corte en un vaso sanguíneo que provocaría que no parase de salirle sangre de la mano, con la cual empezaba a restregársela por la cara. Sus compañeros no paraban de mirarla y eso hizo que se sintiese todavía peor al llamar más la atención. Al acabar las clases, oía cómo hablaban de ella, por lo que se fue llorando a su casa, con la mano, sin curar, goteando su sangre.

Mientras todo esto pasaba, Cnya seguía buscando a Kumei. La gente de la calle la miraba al tener las orejas de gato y los ojos con la noche reflejada, ya que eso no es normal, sin embargo, ella saludaba igualmente sin importarle que la mirasen raro. Cuando ella ya estaba cansada de tanto caminar y estaba a punto de rendirse, la encontró, y vio algo que la dejó sin palabras.

Ikioko llegó a su casa y vio que no estaba Cnya. Empezaba a preocuparse, ¿Y si Kumei volvió y la mató? ¿Y si salió a buscarla y se ha perdido? ¿Y si…?  No paraba de hacerse ese tipo de preguntas que hacía que se sintiese aún peor. Esos sentimientos llegaron demasiado lejos, tanto, que se convirtieron en pensamientos, unos pensamientos demasiado tétricos y funestos. Lo que vio Cnya fue algo que la dejó sin respiración. Ella no había visto el virus, no tenía ni idea de que se trataba, por lo que se sorprendió al ver que Kumei tenía un aspecto demoníaco, estaba llorando sangre, tenía los ojos inyectados y llenos de esta sustancia, mientras su boca sonreía exageradamente hasta la altura de los ojos, como si fuese un corte, mientras se le caía la sangre de esta. La miraba como si la fuese a matar, aunque Cnya estaba indefensa y llena de miedo. No tenía nada a su alrededor, y estaba en un lugar en que no había nadie que la pudiese ayudar, era un callejón sin salida.

Ikioko no paraba de planteárselo, la culpa la inundaba, la ahogaba, y no quería seguir con ello, cogió el cuchillo con su mano dominante, lo examinaba con la mirada, imaginándose la situación y las consecuencias no se sentía mejor. Por un momento pensó en Cnya y en Kumei, en dónde podrían estar, en cómo estarían, en sus estados. No podía con ello, era lo que más le pesaba, y era algo que podía arreglar. Pensó que si al menos podía arreglar algo de las muchas cosas que le perturbaban, lo haría sin dudarlo.

Cnya estaba temblando, mientras Kumei la observaba llena de sangre. Cnya se preguntaba cómo estaba Kumei tan llena de sangre como si hubiese matado a toda una ciudad.

-¿Qué te ha pasado? ¿Qué has hecho?- le preguntó Cnya temblorosa.

Kumei ni siquiera respondió, se limitó a intentar hablar, pero de sus cuerdas vocales salió un sonido que parecía como si varias personas afónicas gritasen dentro de ella. Después de asustar más a Cnya de lo que ya estaba, comenzó a andar lentamente hacia ella, como si tuviese una cojera, arrastrando su hacha cubierta de sangre. Cnya estaba indefensa, pensaba en huir, pero viendo el estado de Kumei, no podía dejarla ir, Cnya tenía que intentar capturarla de alguna manera.

Kumei empezó a atacar a Cnya, mientras esta esquivaba todos los golpes. No se le ocurría cómo podría capturar a Kumei, y en un momento como ese, le era muy difícil pensar, por lo que no siempre le salía bien lo de esquivar.  Cnya cayó al suelo, había recibido un golpe muy fuerte y estaba perdiendo bastante sangre, sin embargo, Kumei estaba intacta y, cojeando, se dirigió a Cnya para darle el golpe de gracia, pero Ikioko la detuvo. Con su máscara puesta y una fortaleza increíble evitó que aquel

ser corrupto matase a su creación. Ikioko sí que había venido preparada, había traído algunas armas para poder capturar a Kumei, sacó una pistola que paraliza y empezó a disparar a Kumei, mientras ella esquivaba con una agilidad impresionante y sobrehumana. Cnya estaba en una esquina intentando sobrevivir, había perdido demasiada sangre y se había desmayado.

Kumei no solo se dedicaba a esquivar los disparos de Ikioko, también intentaba atacarla, pero ella tenía unos reflejos muy desarrollados y también los esquivaba, no sabía dónde había aprendido eso, era su instinto el que le guiaba. De tanto esquivar, Ikioko se cansó, pero Kumei no, así que Kumei le pudo dar un golpe crítico en el estómago a Ikioko, sin embargo, no solo Ikioko salió herida,  Kumei también sintió ese dolor y le salía más sangre todavía de la boca. Nadie sabía por qué pasaba eso, pero Kumei no se paró a pensarlo, y de la rabia volvió a atacar a Ikioko, la cual seguía dolorida, pero con su fortaleza seguía esquivando y atacando.

Cnya seguía inconsciente, y si no se le curaba rápido moriría desangrada, pero Ikioko estaba demasiado ocupada intentando salvar su vida y la de otras posibles personas que se encontrasen con Kumei.

Kumei, a pesar de ser una persona que no parece muy buena, tenía una gran fortaleza, y a pesar de haberse cansado ya, seguía como si nada. Pero Ikioko era muy observadora y lo notó, por lo que le pudo dar un golpe certero con un palo de metal que vio en el suelo. Kumei cayó inconsciente al suelo. Ikioko había ganado, por lo que se dispuso a atar a Kumei, sin embargo, recordó que ella estaba allí no solo por Kumei, sino también por Cnya, así que se dispuso a buscarla, y la encontró desangrada, más pálida de lo normal, e inconsciente. Ikioko no sabía qué hacer, estaba a punto de llorar, recogió a Cnya y la llevó al hospital, tenía unas heridas que ni ella podía curar. Sin embergo, Kumei seguía allí en el suelo, en un charco de sangre, Ikioko estaba demasiado cansada, no podía pensar bien, así que metío a Kumei en un contenedor con el fin de que nadie la viera y se llevó su hacha para examinarla en el laboratorio. Después, Ikioko llevó a Cnya al hospital, ella estaba en la UCI mientras Ikioko tenía una hemorragia en el estómago, lo cual puede causar la muerte en la mayoría de los casos, sin embargo, tras varias operaciones, pudieron salvarla. Mientras tanto, Cnya estaba en la UCI, tenía varios huesos rotos y estaba en coma. Era muy poco probable que sobreviviese.

Mientras tanto, Kumei seguía en el contenedor, todavía sin despertar, sin embargo, Ikioko olvidó un detalle, ella había escondido a Kumei y se había llevado su hacha, pero olvidó todas las manchas de sangre que había que parecía una escena del crimen. Las personas que pasaban por allí no se fijaban en eso, sin embargo, hay gente que lo vió y llamó a la policía. Cuando la policía llegó, examinó todo con mucho detalle y buscó por todo el lugar en busca de pistas, incluyendo el contenedor donde habían escondido a Kumei. Cuando la encontraron, ella seguía inconsciente, así que le hicieron varios análisis para intentar encontrar al culpable de lo ocurrido. Después la llevaron al hospital. Tanto Cnya como Kumei no despertaban.

                                                 ¿CONTINUARÁ?

Claudia Menchón, 3ºESO