Actualidad del 18/ Se despide de nosotros…

…Eugenia Funes, profesora de Artes (nocturno)

EL TIEMPO Y LA SUERTE

Tiempo… el tiempo: duración de las cosas sujetas a mudanza; magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un pasado, un presente y un futuro. Ambas definiciones según la RAE.

Y así me encuentro, en plena mudanza. Me mudo de mi segunda casa, el IES Playa San Juan, y de mi profesión, docente, a un futuro que espero pleno y muy diferente. Cruzo los dedos: en unas semanas mi estado civil, la secuencia de los sucesos me llevará a ser, más bien a estar, jubilada.

Sería injusto no recordar otras casas donde me he ido forjando como profesional hasta el último minuto. Sí, porque en esta profesión la evolución es obligatoria, sencillamente es necesidad, sinónimo de supervivencia y bienestar, metodología para poder bien hacer. Acompañar al tiempo.

Muchas casas en Madrid, toda la zona sur recorrida. Después, vuelta a la parte esencial de mis orígenes, tengo más, a Alicante. A un centro siempre amable y entrañable, el IES La Asunción de Nuestra Señora, en Elche. Y con la vista ya puesta en él, un saltito al IES Playa San Juan, por la inmensa fortuna de tener un Departamento de Artes Plásticas que oferta bachillerato artístico, ese, el especial. Esto me ha permitido impartir asignaturas preciosas y conocer a preciosidades de chicas y chicos, siempre especiales también. Si supierais cuánto se aprende de y con vosotros, y cómo ayudáis a que un profesor esté al día, os sorprenderíais. Gracias chicas, chicos, gracias a las gentes de mi Departamento.

Y, precisamente por pensar en cómo escribir sobre esta mudanza mía, me doy cuenta de que debo mencionar que mucho tiene que ver con, otra vez, la gran suerte de haber vivido el estado anterior, el de alumna, en un instituto que en aquellos momentos abolía el uniforme, dejaba de ser el Instituto Femenino para tener sexualidad completa, y pasaba a llamarse ni más ni menos que IES Miguel Hernández. Qué sabia mi madre, Carmen. Gracias mamá.

Qué fascinante y turbulento despertar a la vida del pensamiento y las emociones. Por eso alumnos y alumnas, os lo aseguro, todo este tiempo ha sido para mí un recurso valioso el no olvidar jamás cómo era yo misma en mi estado de estudiante en un instituto. Así, mientras tanto, he entendido casi todo. Y el segundo, darme cuenta pronto de que en esas edades nuestras y vuestras (el tiempo es de todos y es de chicle), toda la conciencia y alcance futuros de la influencia de mis profesores, llegarían un poco más tarde. Y amigos, de nuevo, ¡qué suerte la mía! Muchas gracias a mis profesores del instituto.

Y compañeros y compañeras, docentes y todos, para mejorar si es posible este pasar por tanto y tan poco y relativo tiempo, ahí estáis vosotros. He aprendido tanto, tanto de vosotros, he tenido tales ejemplos de vida y de profesionalidad, tales retos para estar a vuestra altura, he tenido dónde sujetarme en momentos de problemas, de duda o de éxito, me habéis trasladado y contagiado tanto conocimiento y tanta pasión que simplemente, también habéis hecho de mí quien soy ahora. Espero haber estado a la altura. Y me faltan palabras, más inspiración. Si fuera posible, la suficiente para poder equilibrar lo que he recibido de vosotros con lo que haya podido aportar a cambio.

Viajera en el tiempo (Moebius).

Sí, eso deseo, mudarme con la sensación de haber aportado. De haber sabido abrir alguna puerta a chicos y chicas y de haber sido capaz de contribuir en el trabajo de la casa, compañeros y compañeras . Si esto ha ocurrido, me doy por satisfecha. Os aseguro que lo he intentado.

Y para toda la familia de casa tengo un deseo más, el de que para el presente y el futuro, los dioses propicien que la administración acabe por considerar que nuestra profesión y sus consecuencias, la Enseñanza y la Educación con mayúsculas, no pueden ser manejadas para juegos de sillas o como meras herramientas de politiqueo, tampoco merecer su eterna desconfianza. Y aunque con honrosas excepciones, a ella, a la administración, le dedico esta frase de George Eliot (sorpresa, en realidad Mary Ann Evans): Los que confían en nosotros nos educan.

Muchas gracias en el tiempo y mucha suerte, viajeros.