El 2 de mayo de 2022, los alumnos del IES Oleana fuimos a un campamento de inglés llamado St. George English Summer School en Faura. Allí vivimos una experiencia diferente, que nunca olvidaremos.
La rutina diaria de lunes a jueves, era que te despertaban con música a las ocho y media y tenías treinta minutos para arreglarte y tener aseo personal.
Más tarde, a las nueve en punto, teníamos que estar en el comedor para desayunar. A las diez empezaban las clases y duraban una hora y cuarto. A continuación, teníamos treinta minutos para almorzar, al igual que en el instituto, y en cuanto acabábamos teníamos de nuevo clases de once cuarenta y cinco a una. Siempre en las comidas en el comedor nos daban gel hidroalcóholico para desinfectarnos las manos. En general, la comida no estaba mal (pero algunas veces no estaba muy buena). En cambio, las meriendas eran muy buenas y no te quedabas con hambre. Después de comer, teníamos tiempo libre hasta las cuatro y media que volvían a empezar las clases hasta las seis. En ese tiempo de descanso, podíamos competir en diferentes deportes, juegos de mesa o los primeros días explorar el campamento.
Para poder practicar el idioma, había un supermercado, una enfermería, un banco, una tienda de recuerdos, etc. Previamente había que cambiar los euros por libras esterlinas para comprar en estos lugares.
Así pues, después de todas las clases, teníamos tiempo para jugar hasta las ocho y media, que era cuando el monitor o monitora del bungalow revisaba que todo estuviera ordenado y en su sitio para que cuando las limpiadoras pasaran a arreglar el bungalow estuviera todo en orden. Además, ellas puntuaban nuestra higiene y había un premio para el bungalow más limpio. Momentos después íbamos al comedor para cenar y luego había yincana y discoteca días alternos, hasta las once y media. Al final de la noche nos íbamos a los bungalows a dormir.
Finalmente, el viernes por la mañana nos preparamos para la graduación, nos pusieron una toga negra y un birrete rojo, que nos regalaron.
Siempre estuvimos acompañados y asesorados por los monitores, que siempre hablaban en inglés porque casi todos eran ingleses. Por otra parte, también contábamos con el apoyo de los profesores del IES Oleana, por si necesitábamos cualquier cosa
En suma, esta es una experiencia muy recomendable e inolvidable. Os recomendamos mucho ir.
Lucía García y Natalia García II 1º ESO B