El 25 de diciembre de 2021, despegó desde el observatorio de la Guayana Francesa el telescopio espacial James Webb, desarrollado por un grupo de expertos desde 1995, entre ellos John Mather y la ingeniera de sistemas española Begoña Vila, junto a la colaboración de una serie de agencias espaciales como la NASA, la ESA y la CSA.
Este revolucionará la astrofísica de la próxima década, ya que nos va a permitir observar, operando con luz infrarroja, cómo eran las primeras galaxias y estrellas del universo hace unos 13.500.000 de años, mucho más de lo que nos permite el telescopio Hubble, que opera con luz visible. Será el primer observatorio en alcanzar la región donde está la primera luz del universo, apenas 100 millones de años después del Big Bang.
El Webb, nos va a dar a conocer hasta el límite del universo visible, todo esto gracias a que su óptica podrá atravesar las nubes de polvo y gas, con el fin de poder descubrir qué hay más allá de las galaxias que descubrió “Hubble”.
El telescopio se asienta sobre una aeronave donde encontramos además de un escudo térmico, los principales espejos para las observaciones y aquellos secundarios que reflejan la luz al resto de instrumentos que se encuentran a bordo del módulo científico, desde cámaras para capturar las imágenes de los objetos hasta espectrógrafos que descomponen la luz o coronógrafos para bloquear la luz de las estrellas.
Otro de los objetivos del mismo es el descubrimiento de nueva información relevante acerca de los exoplanetas (aquellos que orbitan alrededor de otras estrellas) y sus atmósferas, analizando su composición, especialmente la detección de biomarcadores o moléculas asociadas a la vida, como el agua.
A finales de enero, el Webb llegará a su destino. Orbitará alrededor del llamado punto de Lagrange L2, un lugar óptimo del sistema Sol-Tierra donde estabilizar y colocar este tipo de observatorios. Ese punto se localiza a 1,5 millones de kilómetros. En aquel lejano y frío punto L2, el James Webb observará el universo al menos durante cinco años.
En definitiva, el telescopio James Webb, el más potente jamás enviado al espacio, revolucionará nuestra forma de ver el universo, ya que mirar en la profundidad del espacio es también mirar atrás en el tiempo.
Laura Robledo y Eva Mira II 4º ESO C