Blanca García Pardo, estudiante de 1º Bachillerato, nos cuenta su experiencia Erasmus+ de 2 meses en Hungría

Este tercer trimestre he tenido la gran suerte de haber estado viviendo en una ciudad al norte de Hungría llamada Eger y estudiando en el instituto privado Andrassy. Cuando hablas de dos meses parece mucho tiempo, pero la realidad es que no lo es para nada, un día estás en el avión de ida y al siguiente ya estás en el de vuelta. Así que, para recordar este programa de intercambio y también para compartirlo con todos los demás he escrito esta entrada.
Llegué a Hungría el viernes 14 de abril de 2023 con el pie roto y me recibieron en el aeropuerto de Budapest con una pancarta, flores y algo para comer, llegamos a casa a descansar después de una hora y media en coche y por la tarde salimos un rato a la calle y me enseñaron el centro de la ciudad, allí me explicaron un poco de la historia del castillo de Eger, de su plaza más famosa Dobo square y también sobre Gárdonyi Géza un poeta originario de allí, podemos decir que es como nuestro Miguel Hernández pero en versión Húngara.
Después de todo el fin de semana ya tocaba ir lunes al instituto, la verdad es que estaba un poco nerviosa por conocer a mis nuevos profesores y compañeros. Nada más llegar la directora y la coordinadora del Erasmus nos recibieron muy amablemente y nos ofrecieron toda ayuda posible. Luego fuimos a las clases y yo me quedé en shock al escuchar el idioma, lo cierto es que es realmente difícil, pero también teníamos clases de español en las cuales la profesora nos pedía nuestra ayuda para explicar algunas expresiones, corregir o interactuar con los alumnos.
Todos los fines de semana hacíamos excursiones a los alrededores de Eger, en el segundo fuimos a un parque multiaventura y a kékestető que es el punto más alto de todo el país. En el parque multiaventura disfrutamos de varias actividades en familia y con amigas, nos lo pasamos genial. 
Poco después me dieron la noticia de que el Papa Francisco iba a estar en Budapest y que podíamos ir a verlo, así que el día 29 de abril nos dirigimos allí y pudimos escuchar al Papa dar uno de sus sermones en italiano. Aún no me puedo creer que lo haya visto en persona, es algo que nunca me pudiera haber imaginado.
Después de dos semanas aquí ya me sentía completamente amoldada tanto en casa como en el instituto, yo no podía hacer educación física debido a mi rotura pero si que participaba en el resto de asignaturas como por ejemplo en inglés.
El siguiente fin de semana la excursión fue a un castillo pasado el río Danubio, el cual tuvimos que cruzar con el coche en un ferry. 
Hungría está repleto de castillos, en nuestra siguiente escapada también vimos uno en la ciudad de Lillafüred, pero lo principal fue una cascada no muy alta pero sí muy bonita.
Pero sin duda una de mis favoritas fue cuando fuimos a un zoológico y acuario, vimos un montón de animales y también peces originarios del país. Además, después de comer dimos una vuelta en barca por el segundo lago más grande de Hungría, el lago Tisza. 
                                               
Hasta aquí parece que todo era viajar y ver cosas, pero también había que estudiar y enviar trabajos a España e incluso hacer los deberes de inglés para los profesores húngaros, ya que también hacíamos sus exámenes. Y por fin tenía el pie curado y podía volver a hacer deporte.
A finales de mayo también tuve la oportunidad de estar en Eslovaquia durante cinco días, allí vimos iglesias, castillos, lagos, cascadas y sobre todo hicimos mucho senderismo por la montaña, entre otras muchas cosas. Durante esa semana nos hospedamos en dos albergues distintos ya que los dos primeros días estuvimos en un pueblo cerca a Hungría en el cual mucha gente hablaba húngaro y tenían costumbres húngaras, esto es porque antes una parte del territorio eslovaco les pertenecía, pero debido a las guerras lo acabaron perdiendo. Mientras que los otros tres días fuimos a un pueblo situado más en el interior.                               
Aquí ya empezamos a darnos cuenta que solo nos quedaban dos semanas más allí, cosa que nos entristecía bastante porque ya habíamos forjado grandes amistades y sobre todo grandes lazos con nuestra familia de acogida, que aunque no tengamos la misma sangre siempre tendré una familia allí.
Esta semana una de nuestras profesoras particulares de Húngaro nos llevó a tomarnos un helado y a dar la clase de manera oral mientras dábamos una vuelta, ojalá todas las clases fueran así. 
Este finde aprovechamos que había una carrera sobre colchonetas hinchables y allí fuimos nosotros.
Un lunes, el instituto había organizado una excursión a la capital e invitaron a algunos alumnos entre los cuales estábamos mi compañera y yo. Budapest es una ciudad preciosa que está dividida por el río Danubio en dos, está la parte de Buda donde puedes encontrar Buda castle, fisherman´s tower y mucho más, y al otro lado está Pest con su famoso parlamento, conocido por ser el más bonito de todo el mundo.
Y  llegamos a nuestro último fin de semana allí, nos llevaron a los karts y luego a unos baños termales enormes con toboganes interiores que eran gigantes. Pero para mí una de las cosas más bonitas sucedió al día siguiente cuando dos de nuestras amigas llegaron a cenar por sorpresa y me dieron una caja con varios regalos, mi favorito una foto nuestra enmarcada. 
Pero ese no fue lo único que recibí, la familia también nos había hecho un montón de detalles a mi y a mi familia, los cuales me dieron al día siguiente por la noche, ya que por la mañana tuve que hacerme las maletas e ir al instituto para despedirme de mis compañeros y por la tarde de más amigas. 
Y así es como han sido mis dos meses en un país extranjero, inolvidables. Estaré eternamente agradecida con toda la gente que he conocido allí porque me han hecho sentir como una más de sus amigas, hijas o hermanas. No cambiaría este tiempo por nada.