Hace poco, un pequeño grupo de apasionados por el latín emprendimos un viaje que nos llevó a sumergirnos con entusiasmo en una ciudad rica en historia, arte y cultura. Mientras caminábamos por el Foro Romano y contemplábamos el majestuoso Coliseo, fuimos testigos de la conexión tangible entre el pasado y el presente.
La Ciudad del Vaticano nos acogió con los brazos abiertos y pudimos sorprendernos ante la grandeza de la Basílica de Sant Pere y la Capilla Sixtina. La riqueza artística y espiritual nos dejó sin aliento y fortaleció nuestra comprensión de la influencia del latín en la expresión artística a lo largo de los siglos.
En cada rincón de Roma, desde el Panteón hasta la Fontana di Trevi, encontramos una lección viva sobre la importancia del latín en la construcción de nuestra civilización. Al regresar a casa, nos llevamos no sólo recuerdos imborrables, sino también una comprensión más profunda de la importancia del latín en la construcción de nuestra identidad cultural.
No sólo hemos enriquecido nuestro conocimiento académico, sino que también hemos fortalecido nuestros lazos como comunidad educativa, compartiendo risas y descubrimientos mientras explorábamos una ciudad que transciende en el tiempo.
