“La sensación con la que nos ha calado este curso tiene mucho que ver con la que te deja la observación de un géiser, te quedas unos minutos esperando, vigilando en silencio cada movimiento en la boca de la fuente, sabes lo que va a ocurrir una y otra vez, sin embargo cuando el borbotón explota y se forma la gran columna de agua hirviendo la sorpresa es verdadera, axiomática. La palabra islandesa “geyser” significa surtidor, nos hemos surtido de ganas de saber más, ganas de compartir con nuestros colegas, y sobre todo ganas de rociar de esta agua apasionada a nuestros chavales”.