Esta entrada es una contribución de nuestro instituto a la concienciación sobre los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible): ODS 15. Vida de ecosistemas terrestres. |
Por fin llega el buen tiempo y con él la época del cambio de cultivos en el huerto del Joanot mantenido por el alumnado del PAC. Toca despedir a nuestras plantas invernales que tanto nos han ofrecido, como las habas.
Pero no es una despedida completa, ya que parte de sus raíces quedará en los bancales para siempre, ya que estas leguminosas forman unas estructuras radiculares de lo más espectacular. Se trata de una asociación entre un hongo y las raíces de la planta (lo que conocemos como simbiosis) que da lugar a unas estructuras nodulares con forma de grano de arroz, como podéis ver en la fotografía de abajo. Son las llamadas micorrizas.
¿Y cuál es su función? ¿Por qué una planta y un hongo se han dado el «sí quiero» ? Pues resulta que así estas plantas pueden fijar el nitrógeno atmosférico e incorporarlo a su estructura y, por supuesto, a las nutritivas habas. Más tarde, somos nosotros los que nos beneficiamos de ellas incorporando ese nitrógeno que es fundamental para fabricar nuestras proteínas o mantener las características que nos caracterizan a través del ADN.
Javier Moreno (profesor de Biología y Geología del IES Joanot Martorell)