Como las gotas de agua, las personas somos diversas, únicas e irrepetibles. Vistas de lejos, podemos parecer iguales, pero cuanto más nos acercamos y nos conocemos, más diferencias encontramos. Esta es la riqueza de las sociedades plurales, formadas por personas de todo tipos y con proyectos vitales muy diferentes.
El 17 de mayo se conmemora el día internacional contra el LGTBIfòbia, en recuerdo del día en que la OMS decidió, por fin, suprimir la homosexualidad (de mujeres y hombres) del catálogo de enfermedades mentales (DSM). Aquella decisión supuso un gran paso adelante en la eliminación de los prejuicios institucionales.
El amor no es un problema, el LGTBIfòbia sí. El mar no sería igual sin todas y cada una de las gotas de agua que la conforman. Las sociedades tampoco. Son el hábitat donde estamos todas juntas y necesitamos vivir en armonía, sentirnos estimadas y reconocidas. Es por eso que hay que desmontar los miedos, el desconocimiento y los prejuicios hacia los otros que todavía encontramos a nuestro alrededor.