Esperanza Asensi y Fausto Morillas, profesores del Departamento de Artes Plásticas de nuestro centro, se jubilaron a principios de septiembre pasado. Con estas palabras se despiden de nosotros.
Casi sin darnos cuenta, se desencadenan los cambios en nuestras vidas. Los años se evaporan con la misma rapidez que las nubes cambian de forma, en un instante la velocidad se apropia de sus formas y las dibuja, siempre distintas, y las empuja a otros lugares, a otras apariencias, hasta que se disipan. Nuestras vidas pasan arrastradas por lo cotidiano, por los hábitos que aprendemos, por las rutinas. Las clases cambian todos los cursos, distintos alumnos, distintas vivencias, aprendizajes que dejan huellas, rostros que como las nubes, cambian año a año.
Parece que fue el otro día cuando llegamos al instituto, y ha pasado el tiempo sin darnos cuenta. Hemos formado parte del paisaje del IES Playa San Juan, y ha sido una parte muy importante de nuestra vida, y también muy feliz, hemos conocido muchas personas, compañeros y alumnos, y nos ha costado muchísimo tomar la decisión de este cambio tan grande que nos ha pillado de sorpresa.
Siempre hemos disfrutado con lo que hacíamos y hemos sido parte de esta comunidad educativa involucrándonos totalmente con nuestros alumnos, con sus problemas y con sus ilusiones. Hemos practicado la creatividad y hemos enseñado que sirve no solo para convertirla en arte, sino que también sirve para solucionar los problemas de la existencia.
A partir de ahora, nos volcaremos un poco más en nuestra otra profesión que nos apasiona y nos da la motivación para continuar nuestro camino en la pintura.
Nos vamos con nostalgia y también con un poco de la tristeza de la despedida, una despedida que ha sido rara, por obra y gracia de la situación distópica en la que nos encontramos. Nos hemos despedido sin poder decir adiós, a la francesa, sin cena, sin reuniones, con distanciamiento social impuesto por el maldito bicho que nos ha hecho elegir este nuevo episodio en nuestras vidas. Por ese motivo, sentimos más extraña la situación que nos ha obligado a dar este paso, pero con la sensación de no haber cerrado del todo la página, de que hemos dejado cosas pendientes, de la ausencia de palabras, de no haber podido abrazar a tanta gente que han compartido estos años con nosotros…, con un sabor agridulce, un tanto difuminado.
Todas las pérdidas en nuestras vidas nos ayudan a valorar los encuentros, las complicidades, las alegrías, y lo que queda sin hacer, en algún momento lo arreglaremos, podremos pasar la página en condiciones y con la sensación de haber terminado bien los deberes. Ahora con lo que nos quedamos, es con el Arte, siempre presente en nuestra vida, nuestro refugio y bálsamo que cura las cicatrices del alma y nos da la paz.
Todo es un aprendizaje, y seguro que de esta situación aprenderemos y saldremos reforzados. El conocimiento nos hace fuertes y nos da alas para volar.
Emprenderemos nuestra metamorfosis porque ha llegado el momento, lamentamos que las circunstancias no hayan permitido los encuentros. Pero como siempre decimos a nuestros alumnos: Si hoy no podemos, pronto haremos un poder.
A toda la comunidad educativa, un fuerte abrazo,
Esperanza Asensi, profesora del departamento de Arte del diurno.
Fausto Morillas, profesor del departamento de Arte en el nocturno.