Cuando los irlandeses llegaron a Estados Unidos, llevaron con ellos la tradición de tallar rostros terroríficos en las calabazas, lo que hoy en día supone una diversión para los más pequeños. Estas hortalizas eran colocadas en las ventanas de las casas para, según narran las creencias, ahuyentar al diablo.
La tradición ha llegado a nuestro país y nuestro centro se ha unido a esta legendaria tradición con un divertido concurso de calabazas.
¿Has participado? ¿Cuál crees que es la calabaza más terrorífica…?