En la madrugada del 23 de noviembre nos vimos sorprendidos por una gran tormenta de granizo.
¡Enorme ruido sobre persianas y ventanas! Imposible dormir.
Su acumulación nos daba una imagen de un manto de nieve. Las bolas de granizo eran muy duras y algunas medían hasta 5 cm de diámetro.
El granizo se produce en un tipo de nubes llamadas cumulonimbos, que tienen forma vertical. A través de ellas, y debido a los fuertes vientos ascendentes y a que la nube tiene más agua en la parte superior, las gotas líquidas ascienden y descienden hasta varias veces, haciendo crecer la bola de granizo, que presenta una estructura en capas concéntricas de hielo. Finalmente, cuando la masa de las bolas es demasiado grande se precipitan al suelo.
El contenido de agua líquida de las nubes debió ser muy abundante, y por ello el granizo era tan duro.
Es sorprendente que la geometría de la molécula de agua en la fase de hielo logre transferirse a la del cristal con sus formas ESTRELLADAS
¡Nos causó una espectacular impresión ver la playa granizada!
Javier Cordeiro, Daniel Domínguez, Maya Fani, José Andrés García Hita y Ariadna Gómez, alumnos del Taller de Acompañamiento dirigido por las profesoras Jerusalén Lassaletta y Ana González.