El huerto escolar es una estupenda herramienta de aprendizaje transversal. Permite trabajar conocimientos y habilidades de diferentes ámbitos. Y al mismo tiempo, inculcar valores a los más pequeños mientras se divierten.
Los huertos escolares enseñan a comer de forma equilibrada y aprovechan para desarrollar hábitos saludables y el desarrollo sostenible.
Ayudan a comprender mejor el que viene en los libros y ayudar a aprender matemáticas y otras áreas.
Desarrollan habilidades motrices y permiten aprender disfrutando del sol y el aire libre.
Promueven el trabajo en equipo, inculcan el valor del esfuerzo y permiten trabajar juntos a niños y niñas de diferentes edades.
Ayudan al desarrollo de la gestión emocional.
Fomenta la participación de la comunidad educativa: familias y vecinos del barrio.
