Con la nueva normativa, es el entorno educativo el que se tiene que transformar y ser accesible a todo el alumnado. Para ello, hay que atender al contexto de desarrollo y aprendizaje y a las barreras que les dificultan la inclusión.
La detección de las vulnerabilidades y barreras hay que realizarla lo antes posible. Para ello nos basaremos en las entrevistas iniciales a las familias en 3 años, evaluaciones diagnósticas externas, informes de las guarderías, PELO (Programa de estimulación del lenguaje oral), datos de matrícula,…
Ésto es responsabilidad de todo el equipo educativo y se llevará a término en cualquier momento de la escolarización del alumnado. Preferiblemente en educación infantil y cambios de etapa.