Tocar y pensar es un reto que nos lleva a la manipulación y experimentación de diferentes materiales (arena, sal, harina, agua…) y con diferentes estados (gaseoso, líquido, sólido). El niño/a a partir de manipulación y experimentación observará los diferentes cambios en los objetos y materiales, por ejemplo: en una bandeja con agua y objetos, él mismo verá que algunos flotan y otros se hunden, si pose colorante rojo verá que el agua se vuelve de este color, si toca el hielo, verá que es sólido y frío, si desgarra papel, verá que hacerlo con algunos es más sencillo que con otros, si posa cartón al agua verá que se deshace, si pose algo de plástico llevar, verá que no le pasa nada, que sale mojado, pero no cambia. Y un largo etc.
El más importante es motivarlos y estimularlos, usar el medio, es decir, el que tienen más cerca y es más cotidiano, de forma que aquello que aprenda en una situación concreta lo pueda llevar en su vida más cotidiana. Y por último, hay que potenciar su creatividad y su imaginación.
El papel del adulto es el de preparar el espacio, proporcionar los materiales y ponerlos a su alcance, vigilar que no haya ningún accidente y estar presente por si necesita ayuda. Pero sin controlar el juego y, lo más importante, dejar que ellos libremente exploren lo que más les guste.
La mesa sensorial es un buen apoyo para disponer el material a experimentar.
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