
Cuando llega el final del curso, junto a la alegría de haber conseguido acabar un curso más y a las prontas vacaciones, llega también un momento triste: las despedidas. Es el momento de despedirse de compañeros con los que has trabajado durante años, o de algunos con los que has coincidido solo ese curso pero has establecido conexiones muy especiales; o de otros con los que has coincidido tan solo unas semanas, pero que marcan su paso por el colegio. A todos ellos queremos darles las gracias por su dedicación y por todas las cosas que, muchas veces sin que ellos sean conscientes, se quedan para siempre en el colegio. Gracias a Sandra Ferrero, tutora de Infantil, a las maestras de apoyo Lucía García y a Eli Benítez que volvió a nuestro colegio nuevamente; a Blai Vañó, que fue el profesor de Música durante unas semanas, él y su ukelele; a Mari Carmen Martí, maestra de Religión y a Yolanda Bueno, maestra de Primaria, que también trabajaron con nosotros tan solo unas semanas. A Marina Talavera, que ha estado con nosotros en su último curso y ya llega a su jubilación. También agradecer a Marta Peral, que llegó como maestra de apoyo de Primaria tras la DANA y que nos ha ayudado a que el curso haya sido más llevadero, tanto al alumnado como al profesorado, y a Patri Cerveró, Orientadora, que ha sido un pilar fundamental y un apoyo importantísimo para toda la comunidad educativa, junto con Nerea González, que, proviniente de la Fundación Princesa de Girona también han aportado mucho en trabajo emocional con nuestros alumnos. Y como no, dar también las gracias a Anna Gomis, profesora de Educación Artística en Inglés, que se acaba de incorporar con entusiasmo a esta emocionante aventura que es la docencia en una escuela pública, y a Olivia Schafer, nuestra auxiliar de conversación durante los dos últimos cursos y que inicia una nueva etapa con nuevas metas.
Mención aparte, dar también las gracias a Amparo Dato, maestra de Infantil y compañera durante muchos años, que aunque no ha estado con nosotros estos últimos años, por causas ajenas a su voluntad, ha empezado a disfrutar de su jubilación, cosa que yo también empezaré a hacer a partir de septiembre.
En este caso soy yo el que quiero despedirme y agradecer, después de estar durante 26 años en esta escuela, a todos los alumnos y alumnas del Blasco Ibáñez de Beniparrell que han hecho que esta profesión valga la pena, a todas las familias que han ayudado a que el trabajo llevado a cabo con sus hijos e hijas haya llegado al mejor puerto posible y a todos mis compañeros, pasados y presentes, que han logrado que lo que era un lugar de trabajo se haya convertido en un lugar en el que siempre me he sentido como en familia.
Un saludo y hasta siempre,
Pedro Mateo, maestro de Inglés
















































