En la novena sesión, nos hemos puesto en el suelo sentados y descalzos con una consigna: no hablar. Con una música nos hemos dejado llevar hacia una postura cada vez más cómoda. Nos imaginamos que empezamos a volar, nos imaginamos el paisaje que estamos viendo, si hay alguien, como huele… Poco a poco, vamos buscando un lugar donde aterrizar y volvemos a la clase. Comenzamos a mover lentamente brazos, pies, piernas, el cuerpo siempre conectados con la música.
Comenzamos a mover las piernas al ritmo de la música, se unen pies y brazos, cabeza y poco a poco nos vamos sentando y nos ponemos de rodillas.
Nos imaginamos que somos bebés y vamos gateando explorando la clase. De repente nos damos cuenta que hay más personas, saludamos y poco a poco nos ponemos de pie y deambulamos y exploramos el espacio. Provocamos ruido con nuestro cuerpo, palmadas, golpes… ¡Stop! nos quedamos congelados y nos movemos al son de la música. Nos ponemos por parejas, hacemos de espejo. Enlazamos el movimiento con el de mi pareja. Nos soltamos de ella y volvemos a ser uno solo. Nos tumbamos y nos relajamos adoptando una postura cómoda.
En la décima sesión vamos a experimentar con luz ultravioleta. Nos ponemos alrededor de un papel continuo con un folio A3, con la luz ultravioleta y con rotuladores fluorescentes. Hacemos líneas libremente en el aire y en el folio siguiendo las consignas, cambiamos de mano, movemos el cuerpo, cerramos los ojos…
Cogemos otra hoja nueva y dibujamos libremente algo que no esté inventado. Siempre con la música.
Por último hemos pintado con los dedos el papel en el que nos hemos apoyado para hacer los dibujos anteriores.