Hacia décadas que estos fenómenos meteorológicos no se producían en la costa mediterránea de manera tan violenta y consecutiva. Una entrada de aire polar continental ruso-siberiano, extremadamente frío, ha cubierto de blanco estas tierras tan acostumbradas al sol y las temperaturas suaves en invierno. Todos nos hemos visto sorprendidos al ver caer los pequeños copos de nieve en las playas, sobre todo en las de las provincias de Alicante y Murcia.
La situación meteorológica no es nueva, pero en esta ocasión se ha producido con unos efectos muy aparentes. AEMET ha publicado una serie de mapas explicativos del fenómeno y una valoración de las posibles consecuencias que puede tener, desde la elevación del consumo energético por la fuerte bajada de las temperaturas hasta la afectación sobre los cultivos, entre otras muchas.
A la nieve le han sucedido fuertes lluvias y vientos huracanados que han levantado olas de hasta 7 metros en la costa y que han ocasionado destrozos que será muy costoso reponer, tales como derrumbe de paseos marítimos, desaparición de la arena de muchas playas, casas arruinadas, etc.
Para la economía de las comunidades del Mediterráneo español esta situación puede suponer un gran inconveniente por la cercanía de la Semana Santa, un periodo vacacional en el que, además de la cultura, se busca el “turismo de sol y playa” y estas últimas se encuentran en un estado lamentable. Urge reponer la arena de las playas y articular alguna solución de futuro que permita afrontar estas situaciones catastróficas sin ocasionar tantos daños.
