.
EL SUCESO está ahí, temblando, vivo.
Vibra en el aire su clamor de espina,
resuena en la ciudad y en la colina
y en el aceite amargo del olivo.
.
El Pueblo ha puesto oídos al arribo
de su furor de noche repentina,
se escucha el respirar de cada esquina,
de cada corazón triste y cautivo.
.
El suceso está ahí. Sangre y arena
amasada con prisas del engaño,
con la huella rebelde del suceso.
.
Y sale el sol, el toro y la azucena,
salen también del mar, de ese rebaño
que nos aplasta a todos con su peso.