Poco a poco vamos conociendo nuevos materiales. En esta provocación hemos experimentado con arcilla y elementos del otoño que han ido llevando al aula.
La arcilla y la naturaleza son elementos esenciales en la educación infantil, puesto que ofrecen experiencias sensoriales y de exploración que promueven el desarrollo integral de los niños y niñas.
Trabajar con arcilla permite a los niños desarrollar la motricidad fina, fortaleciendo sus manos y mejorando su coordinación. Al modelar, amasar y dar forma a la arcilla, los niños y niñas expresan su creatividad y aprenden a concentrarse, mientras exploran texturas y formas.
Además, la interacción con la naturaleza es fundamental para su crecimiento físico y emocional. Al explorar el entorno natural, los niños y niñas desarrollan su curiosidad, descubren los ciclos de la vida y desarrollan una conexión con el medio ambiente. El contacto con la naturaleza promueve el juego libre, mejora la atención y reduce el estrés, además de inculcar un sentido de respeto y responsabilidad hacia el planeta.
Juntas, la arcilla y la naturaleza ofrecen oportunidades para aprender de manera activa y significativa, favoreciendo un desarrollo equilibrado que fortalece las habilidades físicas, emocionales y cognitivas de los niños y niñas.