El estado de las escuelas públicas en Benicarló era deplorable. Edificios viejos e inadecuados.
Urge ponerse al día. Rápidamente un Alcalde diligente -cumpliendo encargo no sabemos de quien- adquiere un vasto terreno cerca del mar.
Ya tenemos solar.
Luego, un gran señor -ilustre benicarlando- ostenta en aquel momento un alto puesto en la “Unión Patriótica”, organización política, partido único, en las postrimerías del reinado de Alfonso XIII.
Transcurren los años veinte, casi al final. Un insigne benicarlando, Don Juan Pérez-Sanmillán, primer Marqués de Benicarló, acude al Ministerio de Instrucción Pública. Allí los inconvenientes naturales: necesidad de un proyecto, papeles, más papeles…. y tiempo.
Pero el Sr. Marqués tiene prisa.
Y he aquí, que en el Ministerio hay un proyecto a punto, completo.
Pero parece ser que va destinado a una ciudad importante del Norte.
Dejadme respirar ahora un instante: Quiero imaginar. Quiero plasmar en estas líneas una actitud, como si hubiera sido testigo presencial.
Con el gesto noble y enérgico que, según sus contemporáneos, le caracterizaba – y tal vez con los planos bajo el brazo - consigue un cambio de destino.
¿A que ya os figuráis cual fue el pueblo agraciado? Benicarló, claro.
Aquel nuevo proyecto iniciado en la década anterior es por fin ya una realidad.
Y por si fuera poco, hubo otro importante valedor. El Primer Ministro de la naciente República, Don Marcelino Domingo (Su biznieto es hoy alcalde de Benicarló).
Y fueron precisamente los lazos familiares el cauce por el que se alcanzaron ayudas, beneficios, mobiliario, etc.. Don Federico Domingo se llamaba quien tanto hizo por nuestro colegio.
Se consigue una ejecución rápida de las obras. El contratista de Tortosa, Estivill, fue el encargado de realizar tan gran obra. Finalizarán el 27 de junio de 1930.
Por fin llega la inauguración: 28 DE AGOSTO DE 1930. El alcalde que vivió este magnífico episodio se llamaba Agustín Marzá Pellicer.
Durante aquel mes de septiembre los alumnos de Benicarló van abandonando los locales donde estaban ubicados y pisan los umbrales de una nueva etapa luminosa, el nuevo colegio “Marqués de Benicarló”, por aquel entonces las llamadas Escuelas Nacionales. Para el pueblo benicarlando eran, y para muchos siguen siendo, “les nacionals” o “les públiques”
Vino la guerra. Paréntesis oscuro. La escuela llega a ser cuartel de los soldados de la “Legión Condor”
Luego, la Paz. Lento y costoso despertar. Poco a poco se va avanzando. Sin prisa. Con pausas, muchas pausas.
Hay un super-Ministro , valenciano también: Villar Palasí. Estamos avanzando, pero nuestro avance fue dragando su cargo y, como era de esperar, fue destituido.
La Educación General Básica.
La ciudad crece, la inmigración es inmensa. Aquel desahogo de los primeros tiempos se ha ido convirtiendo en un hacinamiento desmedido. Se crea el Colegio “Jaime I” . Luego el colegio “Educardo Martínez Ródenas”
Llega la LOGSE. Cambios, traslados. Aquel Centro que se inauguró con doce aulas tiene, en la actualidad, más de treinta.
Hoy este colegio, el “Marqués de Benicarló” pienso que, con sus tres líneas, es uno de los más grandes (en dimensiones y en categoria) de la Comunidad Valenciana.
Y el más bello. Por supuesto. De eso no me cabe la menor duda.
Es verdad que el destino lo trajo a un lugar más humilde, pero aquí tiene también el mar. Más suave, más cálido, menos bravo, pero más perfumado, desde luego.
Y al que esto escribe, le cabe el honor de haber sido colaborador de que se ennoblezca esta escuela con el nombre que ostenta y de que se haya remodelado este grandioso edificio, y no destruido, como otros querían, y en su lugar hacer uno nuevo.
Y el que esto dice, lo puede afirmar, porque ha sido director de este colegio durante diecinueve años, (y todavía lo es, con 69 años en su haber) largo tiempo de fructífero, encantador y feliz trabajo en familia.
Y como final, me gustaría añadir, para quien me leyere:
Que el profesorado de este singular centro, ha sido y es, ejemplo de profesionalidad, de trabajo, de dedicación, y sin excepción. 
Aprovecho esta ocasión para resaltar la cooperación entusiasta de las Corporaciones Municipales y de la Asociación de Padres de Alumnos desde su nacimiento.
Podríamos continuar... Hay más. De verdad.
Pero otro día seguiremos. Como siempre, el tiempo y el espacio mandan.

                                                                                                          Donfer