Día de la Paz

Hoy vamos a hablar claro. No vengo aquí a lanzaros un discurso aburrido ni a decir el que ya sabéis de memoria. Estoy aquí porque quiero que reflexionemos juntos. Mirad a vuestro alrededor: el instituto es un espacio donde pasáis muchas horas del día. Aquí estudiáis, reís, hacéis amigos, soñáis con el futuro… Pero también, a veces, ocurren cosas que no tendrían que pasar.

Seguro que habéis escuchado comentarios hirientes o habéis intuido miradas despectivas o bromas que van demasiado lejos. Y, seamos honestos, algunos quizá habéis sido parte de eso. ¿Sabéis lo que provoca todo eso? Un clima tenso, inseguro, donde es difícil ser uno mismo. Y creedme, nadie crece bien en un lugar donde tiene miedo de ser juzgado o atacado.

El día 30 de enero se conmemoraba el Día de la Paz. La cultura de la paz no es un rollo que se inventaron para poner carteles bonitos en la pared. Es la base para que este instituto, o cualquier otro, sea un lugar donde todos nos sintamos a gusto. Y eso empieza con algo tan sencillo, pero tan poderoso, como el buen trato. Hablarle a alguien con respeto no te quita nada, pero a esa persona le puede cambiar el día. Evitar una burla puede ser la diferencia entre que alguien venga al instituto con ganas o que llegue con un nudo en el estómago.

¿Sabéis lo que de verdad es ser valiente? No es el más fuerte ni el que más grita. Es el que se atreve a tratar bien a los demás, aunque los demás no lo estén haciendo. Es el que se levanta y dice: «No está bien reírse de eso» o «Déjalo en paz». Ser amable no es ser débil, es ser fuerte de verdad.

La violencia, chicos y chicas, no solo es pegar o insultar. Es ignorar a alguien, excluirlo, reírte de sus defectos, difundir rumores. Todo eso deja marcas. A veces no se ven, pero son heridas que pesan mucho. ¿De verdad queréis ser responsables de que alguien no quiera venir a clase porque aquí no se siente seguro? Pensad en ello.

Lo que hagáis aquí, ahora, construye vuestra comunidad. Si nos tratamos con respeto, si nos apoyamos en lugar de hundirnos, este instituto puede ser un lugar donde todos queramos estar. Y eso no depende de los profes, ni de la directora, ni de las normas. Depende de vosotros y vosotras.

Hoy os dejo con este reto: pensad en cómo tratáis a los demás, en las palabras que decís, en lo que calláis cuando podríais hacer algo. Ser parte del cambio no es difícil, pero sí es poderoso. Así que os pregunto: ¿qué tipo de instituto queréis? ¿Uno donde reine la paz y el respeto o uno donde el miedo y la indiferencia ganen? La respuesta está en vuestras manos.

Porque al final del día todos queremos el mismo: un lugar donde podamos ser nosotros mismos, sin miedo. Y esto, chicos, empieza con el buen trato y acaba en algo tan grande como la PAZ. ¿Nos ponemos manos a la obra?

Comissió d’Animación Lectora de l’IES Torís

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