CARLA MALPICA, 2º BAC N.
Mi abuela decía que el mejor remedio para un constipado era poner cebolla en la planta de los pies. Curiosamente, siempre funcionaba ese remedio casero tan tosco. Era tal la obsesión de mi abuela con lo natural, que cayó en el fraude que le costó la vida; la homeopatía.
La pobre abuela Elvira padecía diabetes. Acabó cayendo en la red de la homeopatía por sugerencia de una amiga suya, que falleció poco antes que ella. La abuela Elvira sabía coser, guisar, y tenía un don para la jardinería. Pero nunca fue una mujer de ciencia, por lo que no cuestionó la terapia que le proponían.
Mi abuela falleció, su amiga también, y apuesto a que hay muchos más casos de los que nadie hablará nunca.
Nadie hizo nada al respecto. No hubo noticia, ni siquiera castigo. La abuela Elvira murió por culpa del «efecto placebo», y nadie hizo ni hará nada.
¿Y tú qué opinas?