Alumnos de Dinamarca, Alemania, Francia y Austria pasaron una semana en el IES Carrús dentro del programa Erasmus Ka 2

El tema del proyecto desarrollado ha sido «Future Food»

La segunda semana de octubre de 2021 un grupo formado por 2 profesores y 5 alumnos de 4 países europeos conocieron Elche y el IES Carrús de primera mano gracias al programa Erasmus KA 2. El tema del proyecto que se ha desarrollado es «Future Food», aunque en Elche se ha enfocado hacia la «Healthy food» o comida sana, tal y como lo explicaba el encargado del proyecto en Elche Carlos Alberto, profesor de Educación Física del IES Carrús. El proyecto se inició en 2018, aunque, como todo, se paralizó por el Covid y este curso 21/22 se ha reemprendido.

La idea del proyecto es que los estudiantes y profesores que forman parte del programa pasen una semana en cada país. Estaba previsto que se viajara también a Dinamarca del 13 al 17 de diciembre, pero de momento ha quedado suspendido por el aumento de los contagios en Europa.

El centro acogedor, en este caso Carrús, aportó a 20 alumnos que acogieron a los estudiantes visitantes en sus propias casas, mientras que los profesores visitantes se hospedaron en hoteles.

Salud mediterránea

Tal y como explicaba Carlos Alberto, al enfocar el proyecto hacia la comida sana, se detallaron y probaron las virtudes de la dieta mediterránea. En este sentido, además contaron con actividades extraescolares como la visita a la almazara del Tendre o la visita guiada por el campo de Elche con el profesor de Historia del IES Carrús José Antonio Quesada, quien les explicó los cultivos de la zona y el sistema de riego del Palmeral, patrimonio de la humanidad; asimismo se les impartió una charla con un experto en nutrición sobre la dieta mediterránea; por parte del departamento de Inglés del instituto trabajaron elaborando dietas personalizadas; y el departamento de Física y Química llevó a cabo un taller sobre cómo medir sal y sodio en los alimentos. Precisamente, una de las visitas fuera del centro fue a las Salinas de Santa Pola y al Museo de la Sal y llamó especialmente la atención de los extranjeros cómo la mayoría de la sal extraída no se emplea en alimentación, sino que se exporta para paliar las heladas que a menudo se producen en sus países de origen.

Junto a las Salinas de Santa Pola participaron además en una de las actividades lúdicas que más les gustó, en el Parres Center llevaron a cabo diversas actividades acuáticas, ya que, además, el clima todavía acompañaba.