
Coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Biblioteca, nos reunimos con Pedro Martínez Pérez en la biblioteca del IES Benejúzar, para conversar con él sobre su trayectoria educativa y la vigencia de estos espacios en la sociedad actual.
Pedro es estudiante de 1º de bachillerato y ha sido distinguido a nivel comunitario por su rendimiento escolar en 4º de la ESO. En tiempos de descrédito del conocimiento y escasas miras personales, demuestra que ser joven y estar formado debería ser normalidad y no excelencia.
Es un chico tranquilo, sereno y amable en el trato, con una sonrisa tímida, pero resuelto para responder y opinar sobre los que se le pregunta.
Se considera un adolescente convencional, maneja dispositivos móviles, disfruta jugando en línea con sus amigos y sale de forma habitual. De hecho, su sonrisa se hace enormemente amplia cuando se refiere a su grupo de amigos y amigas, los mejores del mundo en su opinión. Destaca la importancia de contar con esta red de apoyo con la que comparte risas e inquietudes propias de su edad.
Reconoce que cuenta con una capacidad intelectual potente y que esta le permite exprimir al máximo la vida personal y académica. Se refiere inmediatamente a sus padres con los que puede contar para todo. Se evidencia en su gesto la sintonía y apoyo que respira en casa, pilar fundamental para él.
Nos cuenta que su primer reconocimiento académico, el premio extraordinario de primaria, fue un logro involuntario. Destaca la importancia de los docentes, a pesar de la moda de los tutoriales, porque considera preciso el contacto personal y la aportación de los profesionales de la enseñanza en el desarrollo de los escolares, más allá de lo curricular.
En su etapa recién cerrada como estudiante de secundaria se propuso revalidar el logro alcanzado en 6º de primaria y lo logró. Ahora, ya en bachillerato, aspira al máximo y le gustaría estudiar un grado relacionado con la ingeniería.
Considera la biblioteca como un punto de encuentro. Sabe que el acceso a los contenidos, instantáneo y portátil, desvirtúa la naturaleza de estos lugares, pero pone en valor la posibilidad que ofrecen de compartirlo. Es curioso observar como todas sus respuestas apunta a la importancia que otorga a la socialización en su vida.
Resulta especialmente valioso charlar con él y comprobar que los estereotipos son sólo eso. Demuestra con su personalidad y talento que existe otro modo de ser adolescente que no está reñido con la excelencia académica y los valores personales.
Enhorabuena, Pedro y feliz Día Internacional de la Biblioteca.
