La movilidad Erasmus+ de italiano, a través de la EOI de Quart de Poblet, la realicé en el CPIA de Padova, una escuela para adultos y de inserción de refugiados inmigrantes que llegan a la ciudad y sus alrededores.

En esta escuela se realizan cursos de nivel iniciación y medio especialmente para aquellas personas que llegan sin apenas saber comunicarse en el idioma oficial del país. Teniendo en cuenta que vienen buscando una nueva oportunidad laboral, económica y social, aprender la lengua es FUNDAMENTAL.

En mi escuela, yo curso el nivel 1B1 y en la movilidad cursé este mismo nivel y asistí a diversas clases de lo que en mi país se denomina como Bachillerato o Grado Medio. Así como las clases de B1 se asemejaban mucho a las que curso en España, existía la gran diferencia de la diversidad del alumnado de la CPIA de Padova. Mientras que las otras tenían un ritmo más enfocado al aprendizaje de cultura general, con su variedad de léxico y vocabulario.

En mis clases, todos somos de la misma nacionalidad y cometemos más o menos los mismos errores, lo que nos convierte en un grupo relativamente homogéneo, mientras que en la movilidad Erasmus+, cada alumno prácticamente pertenecía a una nacionalidad distinta y hablaba un idioma distinto, con lo que cada estudiante del idioma era un reto totalmente diferente al anterior para el profesorado. Y un reto para cada uno de los compañeros, pues no solo aprendes el idioma, sino el idioma con sus acentos.

Esta diversidad cultural hizo el aprendizaje mucho más interesante y curioso puesto que en mis clases de España, es más fácil centrarse en la gramática o el vocabulario, mientras en la movilidad era necesario centrarse en la NECESIDAD de expresarse.

Esta ha sido una experiencia particular, especial y única. Ver cómo se vuelcan estos profesores en sus alumnos, que comienzan a vivir en un país del que desconocen su idioma, es cuanto menos emocionante. La lengua como método de inclusión y adaptación a una nueva vida, una nueva realidad, lejos de sus casas, lejos de, en muchos casos, guerras en las que no creen y en las que nadie les preguntó si querían participar. No sólo les enseñan el idioma, les enseñan que hay una oportunidad de una vida más tranquila y para ello les dan la herramienta más importante de todas: la palabra.

Loredana, Mirella, Mia/Maria, Susanna, Gianni, Maurizio y tantos otros de la CPIA Padova que a mí me ayudaban con un idioma, cada día ayudan a decenas de personas y se merecen ser reconocidos, aunque sea con un pequeño post de Instagram hecho por un alumno que estuvo una semana "furbo" mirando y escuchando todo a su alrededor.

Yo me llevé un diploma que me llenó de ilusión, pero al final, me quedé pensando en que todos los días están dando un diploma a cada alumno para que sigan en sus pequeñas grandes luchas por conseguir una vida mejor.

Fran Rubio
Alumno de B1