HUERTO ESCOLAR


Siguiendo a Zavalloni (2015) pensamos que lo importante no es sólo la meta sino el recorrido, que el objetivo de nuestro viaje no es sólo “llegar” sino caminar. No ponemos en duda que el producto del proceso de enseñanza-aprendizaje sea importante, pero también lo son los procesos mediante los que avanzamos en el conocimiento. En las escuelas dedicamos excesivo tiempo a ejecutar y poco a pensar y a entender. Dividimos el saber en asignaturas, libros, libretas… no presentamos el conocimiento como un todo y esto dificulta el aprendizaje. No reflexionamos sobre cómo aprendemos.  

 

Entendemos que en nuestra escuela, podemos emprender distintas estrategias que nos proporcionen el ritmo adecuado para el aprendizaje, y que frenen el ritmo frenético al que nuestros estudiantes se ven sometidos a diario. Una de ellas es el cultivo del huerto de nuestra escuela, lo que nos permite poner atención en los ritmos de la naturaleza y someternos a ellos.

Con la colaboración del AMPA y el mantenimiento del huerto  por parte de los estudiantes de quinto y sexto, el alumnado de infantil, primero, segundo, tercero y cuarto de primaria, va a experimentar con la lentitud, al tiempo que, de manera experimental es guiado en el conocimiento de los contenidos referentes a las plantas, la sostenibilidad y los valores ecológicos.