El proyecto Aula del futuro tiene su origen en la iniciativa europea Future Classroom Lab (FCL) puesta en marcha por la European Schoolnet en Bruselas para transformar y mejorar el uso de la tecnología en la educación preuniversitaria.
Como consecuencia se crea el Aula del Futuro, un espacio flexible y dividido en seis zonas de aprendizaje cada una de las cuales ha sido concebida, por su distribución espacial, su mobiliario y su dotación tecnológica, para realizar un determinado tipo de actividades que potencien un determinado estilo de enseñanza y aprendizaje. Este modelo obliga, al alumnado y profesorado, a un cambio de rol, lo cual implica un cambio metodológico que provoca la utilización de metodologías activas.