ROCODROMO
Aprovechando que tenemos el rocódromo en la puerta del aula, contamos con un recurso excepcional para estimular tanto el desarrollo físico como el cognitivo de los niños. Este espacio les permite trabajar la motricidad gruesa, la coordinación y la autoconfianza, mientras se enfrentan a pequeños retos que fomentan la resolución de problemas y el trabajo en equipo. Además, cualquier actividad que estimule su curiosidad y ganas de moverse contribuye a crear un ambiente de aprendizaje activo y divertido.

