La Metamorfosis de nuestro patio

En la Declaración de los Derechos del niños y niñas, firmada en 1959, se reconoce el derecho a jugar, a divertirse y a las actividades recreativas.

Es la base para su desarrollo físico e intelectual, promueve su creatividad y los prepara para convivir en sociedad.

Además, las actividades lúdicas aseguran que los y nuestras alumnas tengan una infancia saludable.

La escuela como agente socializador tiene que potenciar un ambiente y entorno positivo para que el juego se desarrolle de la mejor manera, sin segregación o discriminación.

Queremos una escuela innovadora, inclusiva, democrática, libre, coeducativa, una escuela del siglo XXI. Con este proyecto conseguiremos que todos los niños y niñas se sienten protagonistas de su aprendizaje, motores de la escuela, trabajaremos por la igualdad, evitaremos conflictos y aprenderán a resolverlos entre iguales, dándolos herramientas para que el adulto intervenga menos. 

La renovación de un aspecto tan fundamental de los centros educativos, como es el momento del patio, nos permitirá hablar de una inclusión real, donde sea la escuela la que se adapte a las necesidades de los niños y niñas y no a la inversa, y así entre todos hacer una escuela mejor. 

Le daremos difusión y animaremos la participación de toda la comunidad educativa (alumnas, docentes, familias, comedor), en los juegos de patio, en las asambleas de aula, en los consejos de patio, en la comisión mixta, en las propuestas de diseño de patio (maquetas, dibujos, planos), en la mejora de las instalaciones (pintura, plantar las plantas…). De este modo el proyecto tendrá el impacto deseado, un patio inclusivo donde convivir todos y todas.

Concluiremos diciendo que todos los elementos que conforman este proyecto tratan de llenar de magia, entusiasmo y buen hacer nuestro proyecto educativo de centro y en concreto este proyecto, puesto que como señala Francesco Tonucci (pensador, psicopedagogo y dibujante) “El alimento de la escuela tendría que ser la experiencia de los niños”.