Olivares define la animación a la lectura como “un acto consciente realizado para producir un acercamiento afectivo e intelectual a un libro concreto, de forma que este contacto produzca una estimación genérica a los libros” (1998, p. 18).
Desde la escuela consideramos importante la animación de la lectura porque permite crear un medio del desarrollo del pensamiento crítico y, por ende, una lectura crítica de la realidad. A la vez, constituye un espacio para la participación de todas y todos, que permite crear y recrear cultura.
