Nos encanta ver la reacción de nuestros pequeños cuando acuden al aula multisensorial. La UD que estamos trabajando es «El invierno», y os vamos a contar qué es lo que hacemos:
– Aprovechando la cromoterapia, recibimos a los niños en un ambiente de luz azul, ya que es un tono frío que recuerda al invierno. Como hicimos en la sesión de otoño, dejamos unos minutos para que los niños exploren libremente el aula, y que puedan dirigirse a la zona que más les guste. Como sonido de ambiente, hemos seleccionado el crepitar del fuego, ya que con tanto frío apetece acercarse a nuestra chimenea. En cuanto al aroma elegido para la sesión, hemos seleccionado el aceite esencial de ciprés (siempre ponemos en el humidificador aceites esenciales, ya que son naturales y no tóxicos).
– A continuación los llevamos a la zona de relajación, donde nos sentamos junto a la chimenea, contemplando el fuego. Ahí comentamos qué ocurre en invierno, y qué sensaciones nos produce. Es un buen momento para que los niños analicen los cambios en la naturaleza, y una forma de que aprendan a analizar las transformaciones que sufre el paisaje con el paso cíclico de las estaciones. Les repartimos objetos fríos (llaves, candados, cubitos de hielo…) y abrimos la caja de los escalofríos: como hace frío, sentimos escalofríos, y para ello empleamos nuestra máquina de escalofríos.
– En invierno suele nevar, así que tenemos nuestra piscina llena de nieve. Dentro de ella podemos jugar con los copos, los lanzan, se tumban, juegan… ¡y se divierten!
– Otra característica del invierno es que los días son más cortos y hay menos luz solar. Por eso, en la sesión se acorta el día y se hace de noche: es el momento de encender nuestra luz mágica (luz ultravioleta) y empezar a explorar las características de las pinturas fluorescentes. Cada niño hace su pequeña obra de arte que se ilumina como por arte de magia bajo esta luz ¡les encanta!
Os dejamos un vídeo como ejemplo de lo que está dando de sí esta unidad didáctica:
