El tercer ciclo de Educación Primaría comprende los cursos de 5º y 6º, con alumnos con edades comprendidas entre los 10 y los 12 años.
Se trata de una etapa con muchos cambios, no sólo físicos: siendo decisivo para ellos el ejercicio físico, el deporte, los juegos…, si no también psicológicos.
Los niños y niñas continúan independizándose de los adultos e incluyéndose cada vez más en grupos de iguales, desarrollando estrechos lazos de amistad entre compañeros.
Si hay que destacar algo importante en este tercer ciclo es, sin duda, su carácter terminal dentro de la etapa en que se encuentra. Ello va a marcar el modo de hacer en el ciclo, tanto del profesorado como de los alumnos y alumnas, pues, quiérase o no, el finalizar una etapa educativa lleva consigo alcanzar o no los objetivos previstos en ella.
Una de las metas de este tercer ciclo será llegar a la Educación Secundaria en las mejores condiciones para garantizar su superación sin dificultades. Esta no será tarea exclusiva de este ciclo sino, también de los anteriores.
Desde el punto de vista psicológico se hace imprescindible destacar la llegada del alumnado al estadio de operaciones formales en torno a los doce años. Esto significa que los estudiantes poseen una capacidad de abstracción en grado suficiente como para poder manejar todo tipo de conceptos sin necesidad de la concreción y manipulación a la que se venía sometidos hasta este momento.
No obstante, considerando que la evolución es algo continuo, no mecánico y diferente en cada persona, hay que tener en cuenta que el último curso de este ciclo resultará de transición para la mayoría del alumnado: unos habrán entrado de lleno en el estadio de operaciones formales, mientras otros lo irán alcanzando a lo largo del año o, incluso, pueden hacerlo en el curso siguiente. Es una complejidad con la que hay que contar.